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El sector de la postcosecha de la Comunitat Valenciana apuesta por la innovación y el respeto al medio ambiente

* Publicado en el boletín del COIAL

La fuerza histórica de los cítricos valencianos se refleja en las potentes empresas de postcosecha que hay en la Comunitat Valenciana. Fomesa Fruitech, Agrofresh y Decco, las tres partners del COIAL, tienen su core business en los cítricos y están internacionalizadas, pero han evolucionado también hacia la fruta de hueso, de pepita y la tropical.

No es fácil estimar qué porcentaje de la fruta que se cultiva en España se trata en postcosecha. Se atreve a aventurarlo Luis Catalá, de Decco Ibérica, quien hace un cálculo aproximado y da un porcentaje: “Estimo que entre el 70 y el 80 por ciento: hay una parte de la producción que va a la industria, y esa no recibe ningún tratamiento postcosecha tal como lo prestamos nosotros”.

La innovación, en el ADN

Se trata de un sector en el que la I+D+i lleva muchos años de arraigo. “La innovación está en el ADN de nuestra empresa, que nació hace 65 años. En departamento de I+D+i trabajan ingenieros agrónomos, biólogos y químicos”, afirma Julio Marín, de Fomesa Fruitech. “Hemos logrado grandes innovaciones para este mercado, y seguimos en ello. Ahora mismo lanzamos un nuevo recubrimiento para enviar fruta a destinos lejanos”, añade. Según Luis Catalá, “en nuestro caso la innovación está muy relacionada con el concepto nuevo de evitar la pérdida y el desperdicio de alimentos o practicar un comercio sostenible”.

Según Luis Catalá, “en Decco, la innovación está dirigida a que llegue la fruta al consumidor final en las condiciones más similares a cuando fue recolectada, en términos de frescura, sabor y maximizando la seguridad alimentaria. En un mercado más limitado en cuanto a materias activas, la toma de decisiones basada en datos y la personalización diaria de las soluciones es lo que nos permite mejorar. El futuro de este sector pasa por la innovación en soluciones que mejoren su sostenibilidad”.

También en Agrofresh tienen muy interiorizada la innovación. Lo explica Julián Herraiz: “En Agrofresh tenemos vocación de I+D+i. La empresa nace de un laboratorio que se montó para una investigación concreta y de ahí nació un proyecto empresarial. Ahora mismo estamos desarrollando el concepto Ready to eat en seguridad alimentaria, que persigue mantener las máximas garantías en el control de procesos, incrementar la visibilidad en toda la cadena, mantener informado al consumidor, al comprador, al supermercado y hacer una gestión global. Hemos hecho mucha inversión en I+D, tanto en equipos como en producto formulado. El objetivo es conseguir soluciones más sostenibles y con menos impacto a nivel toxicológico, y que permitan consumir el género en su punto justo de maduración”.

Respeto al medio ambiente

Otro de los caballos de batalla del sector es el respeto al medio ambiente, tal como explica Julio Marín: “Buscamos herramientas eficaces que sean respetuosas con el medio ambiente. En nuestro caso, desde hace más de doce años aplicamos el concepto Green Line, que nos está permitiendo trabajar con tratamientos sin residuos, incluso registrando estos productos como insumos de agricultura ecológica. Buscamos la sostenibilidad y evitar el desperdicio alimentario”.

Si intentamos predecir cómo se va desarrollar el futuro del sector, “vemos que cada vez hay más restricciones, por ejemplo en el uso de materias activas, y hay que aportar tecnología y conocimiento para ayudar a nuestros clientes a conservar su fruta en perfectas condiciones. La consecución de este objetivo tiene vinculados varios desafíos, como que los procesos postcosecha sean más precisos y podamos cuidar al milímetro cada detalle”, explica Marín.

Un mercado concentrado

Otro de los factores que más condicionan el sector de la postcosecha es el tamaño de los competidores. Hay un caso reciente: hace tres años, la estadounidense Agrofresh compró la valenciana Tecnidex. DECCO es una empresa global con arraigo en países de los cinco continentes. No así Fomesa Fruitech, que aún es una empresa de capital español. Las tres tienen más de 60 años de historia.

Además de la concentración del sector, esta también se está produciendo en la bolsa de clientes de estas empresas. “Se está comenzando a observar una concentración de almacenes de fruta, los fondos de inversión están invirtiendo en ellos. Los grandes se están haciendo más grandes y los pequeños tienden a especializarse en segmentos muy concretos”, explica Luis Catalá.

Como conclusión, destacamos la importancia de un sector como el que nos ocupa. Para Julián Herraiz, “es totalmente imprescindible por la dinámica poblacional de nuestro planeta. La comercialización de la fruta en cualquier parte del mundo ya no se entiende sin tratamientos postcosecha. Es crucial para garantizar el comercio de frutas a lo largo y ancho del mundo, que la merma sea la mínima y que la calidad llegue al consumidor final. Se busca la seguridad máxima, la visibilidad online durante todo el proceso a través de una monitorización muy amplia. Hay una presión positiva por parte del mercado. El público quiere más información y más calidad”.

Y según Luis Catalá, “el dinamismo del sector alimentario, tanto en el campo, los almacenes, en la distribución y su adaptabilidad a los cambios legislativos y a los demandados por los consumidores, nos llevará a una mayor creación de valor. Representamos a un sector estratégico, nuestra obligación es fijar los estándares de calidad y superarnos día a día, y con ese objetivo en mente trabajamos.”