Cajamar destaca la contribución del enoturismo al desarrollo sostenible del medio rural a través de un libro presentado en València
Cajamar ha presentado en València su publicación ‘Enoturismo sostenible e innovador. Modelos de éxito alrededor del mundo’, en un acto que ha servido también para abordar la situación actual que vive el sector del vino, que en España aglutina 900.000 hectáreas de superficie de viñedo cuya producción se comercializa a través de más de 4.300 bodegas, y que durante la pandemia fue una de las actividades más afectadas de la industria de la alimentación y la bebida de nuestro país.
El acto de presentación contó con la presencia de la secretaria general de la Denominación de Origen Utiel-Requena, Carmina Cárcel; la secretaria general del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Valencia, Carmen Martínez; el responsable de Gestión de Comunicación de Valencia Ruta del Vino, Juan Carlos Ruiz; el presidente de Cajamar, Eduardo Baamonde; y uno de los coordinadores de la obra, Raúl Compés.
Baamonde ha destacado el papel que debe jugar el enoturismo para impulsar el posicionamiento del vino en los mercados, toda vez que su capacidad de producción y su calidad está plenamente demostrada. “España exporta 20 millones de hectólitros, la mitad de su producción; Italia exporta otros 20 millones y Francia, alrededor de 13 millones. Sin embargo, en España lo exportamos a 1,3 euros el litro, mientras que Italia lo hace a 3,1 y Francia a 6,4 euros el litro. Por eso debemos invertir en posicionamiento para incrementar el valor añadido de nuestros vinos, pues hablamos de un sector estratégico, con implantación en todo el territorio nacional, proyección internacional y capacidad para generar empleo, tres ingredientes fundamentales para hacer frente a los retos del medio rural”.
Esta monografía es la tercera publicación de Cajamar dedicada a analizar el mundo del vino
“Con este nuevo estudio, explicamos cómo el enoturismo se convierte en una palanca para que se reconozca el valor del vino, permitiendo que el consumidor esté dispuesto a pagar más porque conoce el viñedo, la elaboración, el embotellado y eso lo combina con la gastronomía, el paisaje, la historia y la arquitectura”, ha subrayado Baamonde, que considera al enoturismo “una herramienta clave para evitar el despoblamiento e impulsar el desarrollo sostenible del medio rural”.
La secretaria general de la Denominación de Origen Utiel-Requena, Carmina Cárcel, ha hecho hincapié en que el enoturismo ofrece una gran oportunidad para promocionar los vinos y consolidar ‘Tierra Bobal’ como destino turístico de calidad, bajo el eslogan ‘Donde el bosque abraza el viñedo’.
“Nuestra ruta del vino surgió en 1999 y cada vez son más las bodegas que optan por el enoturismo, pero necesitamos facilidades para poder conectar con otras actividades del entorno y que el visitante enoturista tenga la posibilidad de descubrir toda la oferta fácilmente”, ha señalado, insistiendo en que para ello “es necesario seguir invirtiendo, profesionalizando, formando y cuidando ese patrimonio tan rico que tenemos, con el apoyo de todos los que lo conformamos”.
Por su parte, la secretaria general del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Valencia, Carmen Martínez, ha subrayado la importancia de la ruta del vino en Valencia, con sus cinco escenarios turísticos: “Alto Turia-Valentino, Moscatel, Terres dels Alforins, Clariano y la propia ciudad de Valencia, que ofrecen al visitante experiencias únicas muy diferenciadas y representan escenarios perfectos para responder a las distintas motivaciones y fórmulas de viaje de los viajeros y consumidores, adaptadas a sus necesidades”.
Martínez ha recordado la elevada calidad de la oferta de las bodegas, restaurantes, alojamientos, agencias, comercios y empresas de actividades de Valencia, junto a su proximidad a un mercado emisor tan relevante como es el de la ciudad y su área metropolitana, lo que, a pesar de la juventud de la ruta (febrero de 2020), “ofrece una propuesta de valor para los amantes del enoturismo en particular y de aquellos turistas motivados por la gastronomía, los entornos naturales y rurales en general”.
El responsable de Gestión de Comunicación de Valencia Ruta del Vino, Juan Carlos Ruiz, ha detallado que los socios que están adheridos a esta asociación “ganan en representación”, a la vez que “mejoran su posicionamiento en el mercado e incrementan su labor de promoción”.
Para ello, ha coincidido en señalar la fortaleza que supone contar con una oferta tan cercana a un destino como la ciudad de Valencia, así como la importancia de “generar sinergias entre bodegas cercanas entre sí”, así como de “profesionalizar el servicio”, principalmente, en las bodegas más pequeñas y familiares.
LIBRO DEL AÑO | La publicación ha sido premiada recientemente por la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) como libro del año sobre economía vitivinícola. Es la tercera vez que este organismo, considerado una referencia mundial en la bibliografía vitivinícola, reconoce un trabajo de Cajamar. La entrega del galardón está prevista para el próximo 17 de diciembre en la Ciudad del Vino de Burdeos.
Amplio margen de mejora
Raúl Compés, profesor de la Universidad Politécnica de Valencia, director de director del Centro Internacional de Altos Estudios Agronómicos Mediterráneos (CIHEAM) y coordinador de la publicación, junto a Gergely Szolnoki, de la Hochschule Geisenheim University (Alemania), ha puntualizado que la pandemia solo ha supuesto un paréntesis en la tendencia ascendente del enoturismo porque “en España hay mucho margen de crecimiento”, por lo que considera fundamental la necesidad de impulsar actividades públicas y privadas de forma conjunta al objeto de “abrir nuevos caminos para el enoturismo”, a partir de las más de 700 bodegas que ya tenemos bien posicionadas dentro de las rutas del vino, que atraen cada año a miles de visitantes.
“España es el primer país en superficie mundial de viñedo, con 900.000 hectáreas, y el segundo exportador en volumen; sin embargo, en enoturismo estamos relativamente atrasados”, ha advertido Raúl Compés, tras recordar que el enoturismo mueve en nuestro país algo más de tres millones de personas, una cifra con amplio margen de mejora si se tiene en cuenta que España recibe cada año un total de 83 millones de turistas y que otros países europeos con cultura y tradición vitivinícola acogen entre 7 y 10 millones de turistas del vino.
Compés ha explicado que esta publicación, en la que han participado 36 autores de 15 países, identifica los factores que intervienen en el desarrollo y la competitividad de la oferta de servicios enoturísticos, así como los modelos más innovadores y sostenibles. “Conviene destacar el elevado peso de la sostenibilidad ambiental, que retroalimenta el auge de las buenas prácticas ambientales entre los aspectos productivo y turístico de la empresa vitivinícola, y contribuye a preservar los paisajes rurales y el patrimonio vitivinícola".
"La dimensión social del enoturismo está todavía escasamente reconocida, pero es indudable que es uno de los soportes de muchas zonas rurales”, ha apuntado Compés, en relación al papel clave del enoturismo en la lucha contra la despoblación. Por su parte, la sostenibilidad económica “es la más compleja, ya que exige un mayor análisis de las inversiones y una programación de los servicios más profesional”.