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Las organizaciones agrarias AVA-ASAJA y LA UNIÓ y la Asociación de Ganaderos de Bous al Carrer cuestionan la querella presentada contra Mireia Mollà

Las organizaciones profesionales agrarias, LA UNIÓ de Llauradors i Ramaders y la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA), junto a la Asociación de Ganaderos de Bous al Carrer de la Comunitat Valenciana, se desmarcan de la querella  presentada por la Asociación de Unión de Ganaderos del Levante contra la consellera de Agricultura, Mireia Mollà, y creen que no es oportuna en estos momentos, ya que en poco tiempo los ganaderos de reses bravas y toros de lidia dispondrán de ayudas autonómicas.

Estas entidades indican que no comparten ni el fondo ni la forma de actuar por libre de esta Asociación y que esta querella no tiene ni pies ni cabeza. Indican que en un proceso de negociaciones hay que trabajar, reivindicar y dialogar para lograr los objetivos propuestos que no son otros más que los ganaderos obtengan finalmente ayudas.

Las organizaciones valoran la respuesta de la Generalitat y de la consellera de Agricultura que ha permitido que en el plazo de unos quince días se disponga ya de un borrador de ayudas, que estudiarán y valorarán detenidamente después como siempre lo han hecho, pero que consideran un paso ya en el buen camino.

En este sentido, consideran que el trabajo, las diversas concentraciones y el diálogo entablado durante este tiempo por las dos organizaciones agrarias y la Asociación de Bous al Carrer han dado sus frutos y muy pronto los ganaderos de toros de lidia dispondrán de ayudas autonómicas al igual que el resto de ganaderos y otros sectores.

Los ganaderos habían reclamado en los últimos meses a la Generalitat ayudas económicas para poder mantener sus empresas, trabajadores y animales ante la imposibilidad de trabajar. También han demandado que se reconozca el alto valor genético, cultural y económico de su actividad en la Comunitat Valenciana.

La imposibilidad de hacer frente a los gastos de alimentación y mantenimiento de las explotaciones durante todos estos meses de pandemia, sin ningún tipo de ingresos por ‘bous al carrer’ y otros festejos, ha obligado a la mayoría de los ganaderos a sacrificar centenares de reses –de raza autóctona– y ha amenazado con provocar el cierre de muchas de las 133 explotaciones ganaderas dedicadas a esta actividad cultural de gran arraigo.