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La sequía reduce las previsiones iniciales de producción de manzana, en la UE, a los 12.168.000 toneladas

La Asociación Mundial de la Manzana y la Pera (WAPA) ha comenzado a revisar las previsiones de la cosecha de manzanas europeas para la próxima temporada, que se dieron a conocer a principios de agosto durante Prognosfruit. Las primeras estimaciones se han revisado a la baja debido a las intensas condiciones meteorológicas de agosto, que afectaron a la coloración y al tamaño de una parte de la cosecha. Los problemas de calidad resultantes afectarán también al porcentaje de la cosecha destinado a la transformación. La evolución de la cosecha, inferior a la prevista, también se verá influida por la subida vertiginosa de los precios de la electricidad, que podría impedir a los productores recoger una parte de su cosecha debido a los inasequibles costes de almacenamiento, así como a la escasez de temporeros.

WAPA, la Asociación Mundial de la Manzana y la Pera, ha publicado una primera actualización de la previsión de la cosecha de manzana europea para la próxima temporada, que se publicó por primera vez durante Prognosfruit 2022. Las primeras indicaciones de los huertos sugieren que la cosecha europea de manzanas se reducirá a 12.076.000 T, unas 90.000 T menos que la previsión de agosto (12.168.000 T), con la mayoría de los países, excepto Polonia y la República Checa, revisando a la baja sus estimaciones originales, en particular Francia, Italia y España. También en Estados Unidos se revisó a la baja la cosecha tras el evento anual de USApples en Chicago, con una estimación de 4,6 millones de toneladas.

Con motivo de la revisión de las previsiones, la AMPA recibió la opinión de sus miembros sobre los retos de los cultivos y las implicaciones para los productores europeos de la temporada. La escasez de temporeros es uno de los problemas que ha persistido desde el inicio de la pandemia de coronavirus y ha cobrado aún más relevancia para los que trabajan con temporeros ucranianos, como Polonia. Un problema adicional que ha surgido es la subida vertiginosa del precio de la electricidad, que elevaría el coste de las instalaciones de almacenamiento a niveles insostenibles para los cultivadores. Así, muchos cultivadores podrían verse obligados a abstenerse de recoger una parte de su cosecha para evitar los inconvenientes económicos derivados de los costes de almacenamiento y de que el rendimiento esperado sea inferior a los costes globales de producción.

Estos factores representan una enorme preocupación para la cosecha final y la competitividad de los productores y, por tanto, amenazan incluso la continuidad empresarial del sector. Además de la limitada rentabilidad de las inversiones de los productores, otro problema será el tamaño de la manzana y la pera frescas. Las intensas condiciones meteorológicas del mes de agosto (olas de calor y sequías en algunas regiones) han afectado negativamente al calibre y a la coloración de una parte de la cosecha, lo que probablemente hará que se destine un mayor porcentaje de fruta a la transformación.