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LA UNIÓ defiende la carne de pollo como alimento saludable frente a los sucedáneos veganos y menos sanos

LA UNIÓ Llauradora i Ramadera, ante la campaña de publicidad que está elaborando la empresa The Vegetarian Butcher sobre su nuevo producto y las de otras empresas en parecidos términos, pide a los Ministerios de Consumo y Agricultura que se muevan para prohibir usar la nomenclatura carne y otros términos asociados a la misma a cosas que no lo son.

LA UNIÓ y el conjunto de organizaciones de la Unión de Uniones reclaman que se deje de utilizar la palabra carne y todas sus variantes referidas a productos elaborados a partir de soja u otros ingredientes porque lleva a una confusión que, además, si presentan características inciertas, podría estar incurriendo en publicidad engañosa.

La organización ha criticado la campaña que está llevando a cabo The Vegetarian Butcher publicitando, lo que denominan, pechugas de pollo veganas. “Las pechugas de pollo veganas no existen”, dicen desde LA UNIÓ. “Que lo llamen masa de soja o como quieran, pero ni la carne de pollo es vegetal, ni la soja tiene pechuga”, añaden.

Asimismo, la organización insiste en que no es un problema sólo de léxico sino de hacer creer a los consumidores que están ingiriendo una alternativa más saludable que la carne real, cuando no es así.

En este sentido, tomando en consideración la información nutricional de alguno de estos productos que se pretende hacer pasar por pollo y comparándola con una tabla estándar de pechuga de pollo verdadera se ve claramente que es más sano el pollo que el producto súper procesado y que la comida vegana tiene más calorías, más grasas, más grasas saturadas, más hidratos de carbono y más sal, entre otros.

LA UNIÓ se ha dirigido por escrito tanto al Ministerio de Agricultura como al Ministerio de Consumo para llamar su atención sobre esta campaña “que según parece les ha pasado desapercibida”, para que aboguen por tomar decisiones que lleven a que se adopte la misma medida que ya se tomó para que las bebidas vegetales dejasen de publicitarse como leche.

La organización considera que los consumidores pueden asumir las decisiones que estimen más convenientes, pero la publicidad debe ser veraz, para que esas decisiones se basen en un conocimiento informado. “El ser humano lleva comiendo carne desde que el mundo es mundo, si ahora hay quien prefiere los aportes de laboratorio, estupendo, pero que sepa de verdad lo que está comiendo” apuntan desde la organización. “Dicho esto, también nos preguntamos, ¿dónde está la interprofesional para defender al sector avícola?”

Señala, por último, que si se permiten este tipo de prácticas publicitarias se está haciendo una competencia desleal hacia el sector productor ganadero, en este caso particular, al avícola. Éste, además, atraviesa unos momentos realmente complicados, poniendo en riesgo la supervivencia de una red de explotaciones ganaderas avícolas, que contribuyen a abastecer el consumo de carne de pollo.