Amigos de la Tierra pide a la Generalitat valenciana poner fin a las explotaciones de ganadería industrial
Prohibir la apertura de nuevas explotaciones intensivas, al igual que la reciente moratoria anunciada por la Comunidad de Castilla La Mancha, y desarrollar un fondo económico de reconversión del negocio en fincas extensivas, familiares, sostenibles y ligadas a la tierra. Estas son las principales exigencias de la asociación ecologista Amigos de la Tierra que, con el objetivo de dar a conocer los problemas económicos, sociales, sanitarios y medio ambientales que causa la ganadería industrial en la Comunitat, ha elaborado un informe que cuantifica su grave impacto.
En base a las conclusiones del informe ‘El Sector Ganadero en el País Valenciano, una oportunidad para impulsar la ganadería extensiva y ecológica’, realizado por Food and Water Action Europe y Amigos de la Tierra, las organizaciones ecologistas reclaman a la Administración Valenciana erradicar antes de 2030 este modelo ganadero que pone en jaque la salud de la población y al medio ambiente, además de arruinar fincas familiares de ganadería extensiva. Y es que, según ha señalado Andrés Muñoz Rico, coautor del informe y responsable de Soberanía Alimentaria de Amigos de la Tierra, “el apoyo desmesurado a las explotaciones industriales en detrimento de la ganadería extensiva ha agravado la situación del sector que ha pasado de tener un carácter familiar y de pequeña escala a concentrarse en unas pocas empresas multinacionales. Ejemplo de ello es lo ocurrido con las explotaciones avícolas y porcinas en las comarcas del interior como Los Serranos, la Plana de Utiel-Requena, el Alt Maestrat y Els Ports”.
La semana pasada el presidente de Castilla-La Mancha anunció la puesta en marcha de una moratoria con rango de ley para que no se puedan tramitar nuevos proyectos de macrogranjas en la región mientras no haya clarificación. Lo que se traduce en un claro ejemplo de que las Administraciones, si quieren, pueden promover políticas públicas para frenar la ganadería intensiva en nuestro país. Así pues, la organización ecologista insta a la Generalitat a que tome como ejemplo la iniciativa que han anunciado en Castilla-La Mancha, y ponga fin a la ganadería industrial.
Principal foco de emisión de gases efecto invernadero
Según desgrana el informe, el modelo de producción industrial tiene impactos muy negativos tanto medioambientales como sanitarios y su actividad se ha convertido en uno de los principales focos de emisión de gases de efecto invernadero. A ello se suma la contaminación del agua y del aire, provocada por los desechos del ganado (purines), con cantidades ingentes de sustancias tóxicas como amoniaco y nitrógeno que afectan directamente a la salud de la población local y deterioran la flora y fauna de la zona.
Tanto es así que la Comisión Europea ha decidido llevar a España ante la justicia europea al entender que el país no ha adoptado medidas para evitar la contaminación de las aguas provocada por los nitratos derivados de esta actividad, tal y como exige la normativa comunitaria (Directiva de Nitratos de 1991). De hecho, dos macrogranjas valencianas, situadas en Catarroja y Benlloch, se encuentran entre las más contaminantes del Estado.
Asimismo, la ganadería industrial se ha relacionado directamente con la propagación de dos pandemias mundiales: la aviar y la porcina. La administración rutinaria de antibióticos a los animales está provocando - según señala la OMS- que haya más bacterias resistentes a la medicación y por tanto que las personas seamos más vulnerables a las infecciones.
Recuperar la ganadería extensiva, ligada al territorio
La ganadería extensiva y semiextensiva valenciana, a pesar de no ser la producción mayoritaria, cuenta con casos de éxito ligados al territorio y con sólidas redes de apoyo, también formadas por movimientos sociales, lo que les proporciona una fuerte resiliencia.
“La ganadería extensiva y ecológica es una forma de vida, no es solo un negocio. Cada vez es más complicado abrirnos paso frente a una ganadería industrial que contamina, destruye puestos de trabajo y acaba con el mundo rural”, explica Fernando Robres, ganadero de vacuno en extensiva. “Nuestro modelo apuesta por el medio ambiente, la población y el bienestar animal. Para proteger nuestro modelo necesitamos el apoyo de la Administración y de las organizaciones”, añade Robres.
En los últimos cinco años la Comunitat Valenciana ha perdido un censo de 22.315 ovinos y un total de 81 granjas dedicadas a la producción de estos animales. Aun así, permanecen en el territorio 1.376 granjas dedicadas a los pequeños rumiantes frente a las 880 de producción porcina. “Está claro que la ganadería extensiva a pequeña escala protege al mundo rural y favorece un empleo de mayor calidad al que se deriva de la ganadería industrial” añade Muñoz.
Peticiones a la Administración
En base a los resultados de este informe, Amigos de la Tierra y Food and Water Action Europe exigen políticas públicas que frenen la expansión de la ganadería industrial en la Comunitat y protejan el modelo de producción de pequeña escala y familiar. Para ello reclaman una moratoria para las nuevas explotaciones de ganadería industrial así como para cualquier ampliación y promueven la elaboración de un Plan autonómico de transición justa para el sector ganadero dotado de fondos económicos suficientes para consolidar la viabilidad de los proyectos de ganadería extensiva y tradicional.