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Los productos fitosanitarios con clorpirifós y metil clorpirifós quedan prohibidos desde junio del próximo año

El Comité de Plantas, Animales, Alimentos y Piensos (ScoPAFF) de la Comisión Europea ha acordado no ampliar la licencia de uso -concluía el 31 de enero de 2020 y estaba en vigor desde 2006- para los productos fitosanitarios que contengan el clorpirifós y el metel cloropirifós ante su peligrosidad para la salud humana.

Se establece una moratoria tras el fin de la autorización, pero desde junio del próximo año ya no se podrán comercializar dichos productos. El clorpirifós es actualmente uno de los plaguicidas más utilizado en la agricultura de la Comunitat Valenciana, sobre todo en los cítricos. Su uso estaba prohibido ya en ocho países de la UE y también en California. En Francia únicamente se permitía en el cultivo de las espinacas. 

La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) señala que el clorpirifós influye negativamente en la evolución del cerebro y del sistema nervioso, originando en casos ya estudiados autismo, trastorno de déficit de atención con o sin hiperactividad, obesidad o la pérdida de puntos en el cociente intelectual de los afectados. También permanece de forma persistente en medios acuáticos, por lo que es también perjudicial para el medio ambiente.

Desde el sector agrario de la Comunitat Valenciana no se oponen a su desaparición en su apuesta por una hortofruticultura cada vez más sostenible, pero alertan de la falta de alternativas eficaces sobre todo para tratar contra algunas plagas como es el caso del Cotonet de Sudafrica. Tampoco entienden como la Unión Europea permite la entrada de producciones con sustancias activas prohibidas aquí y exigen reciprocidad.