Las instituciones europeas alcanzan un acuerdo clave para una Ley de la Restauración de la Naturaleza que recupera los ecosistemas agrarios
Un acuerdo entre el Parlamento Europeo, la Comisión y el Consejo alrededor de la Ley de Restauración de la Naturaleza, a última hora del jueves 10 de noviembre, supone un paso de gigantes para una normativa que ha tenido que surfear un clima político y unos obstáculos politizados que nada tienen que ver con sus propios objetivos. Este acuerdo es más ambicioso que el que salió del Parlamento Europeo en julio, algo poco usual en estos procedimientos, y ha recuperado, por ejemplo, los requisitos concretos para aumentar la naturaleza en las tierras de cultivo, así como para restaurar turberas, algo que desde Global Nature se consideraba fundamental.
En esta línea, es un acuerdo más ambicioso que la débil posición que tuvo el Parlamento. Pero alejado de lo que la ciencia nos está diciendo. “Sin biodiversidad, no habrá seguridad alimentaria, ni podremos afrontar la grave crisis climática a la que nos enfrentamos”. Esta ley, muy simplificada, pretende rehabilitar, al menos, el 20% de los ecosistemas degradados de Europa de aquí a 2030.
Aún quedan trámites que superar que, en otros contextos serían meramente protocolarios, pero ante una ley que ha avanzado de forma inusual y con enormes negociaciones y votaciones al límite en cada paso, nada está asegurado. El acuerdo alcanzado debe ser respaldado por los Estados miembros, así como someterse a una votación crucial en la comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo, a finales de noviembre de 2023. Si la propuesta supera con éxito estos pasos, posteriormente se someterá a una votación final durante la votación plenaria del Parlamento, que se espera que tenga lugar en diciembre de 2023.
Desde Fundación Global Nature se celebra que la Ley sigue adelante, pero también apunta a que existe una “flexibilización que se introduce para contentar a todas las partes que debilita algunos de los objetivos más importantes de la ley”.
Tal y como explica el propio Consejo Europeo es importante destacar que se ha establecido un mecanismo de financiación que dará lugar a “propuestas de financiación adecuada, sin prejuzgar el próximo marco financiero plurianual (MFP, 2028-2004)": un año después de la entrada en vigor de la NRL, la Comisión debe presentar un informe con propuestas de medidas financieras adecuadas”.
En esta misma línea, el Consejo apunta que es importante que el texto incluya un requisito para evitar el deterioro significativo de las áreas sujetas a restauración que han alcanzado buenas condiciones y de ciertas áreas enumeradas de hábitats terrestres y marinos. Sin embargo, los colegisladores acordaron hacer que este requisito se basa en el esfuerzo en lugar de basarse en los resultados más fuertes. El requisito se medirá a nivel de tipo de hábitat.
Además, el mismo Consejo señala que se ha añadido otra flexibilidad: una opción de “ruptor de emergencia” para 2033. Esta es una disposición para suspender la implementación en la agricultura “por hasta un año a través de un acto de implementación, en caso de eventos imprevisibles y excepcionales fuera del control de la UE y con graves consecuencias en toda la UE para la seguridad alimentaria”.
Restore Nature
En esta línea, Global Nature, junto al resto entidades que forman parte de la campaña #RestoreNature para conseguir que se apruebe la LRN, subrayan la excesiva flexibilidad en cuanto a las obligaciones que se introduce, que dejará mucho margen a los Estados Miembros, y puede ser un arma de doble filo.
Los principales componentes del acuerdo son:
- Finalmente, el ámbito de aplicación de la restauración en hábitats terrestres ocurrirá dentro y fuera de RN2000 y serán los Estados miembros quienes decidan. Una decisión que consideramos positiva, pero se han añadido importantes lagunas que pueden reducir la superficie total que debe restaurarse.
- El requisito de prevenir el deterioro se ha visto gravemente socavado, lo que dificulta su aplicación.
- Respecto a ecosistemas agrarios, afortunadamente, los requisitos concretos para aumentar la naturaleza en las tierras de cultivo, así como para restaurar turberas, se han incluido en el acuerdo. Pero con importantes concesiones, indicadores de seguimiento más débiles, y la posibilidad de pausar la implementación de la legislación, también conocida como el "freno de emergencia".
- Se mantienen los objetivos para revertir la pérdida de polinizadores, y para restaurar 25.000 km de ríos.