La disminución del consumo de frutas y verduras en la UE: un análisis profundo
En 2022, el consumo promedio de frutas y verduras en la Unión Europea cayó a 350 g por día por persona, marcando un retroceso significativo respecto al incremento observado durante la pandemia de COVID-19. Este descenso es una alerta sobre la salud pública y el bienestar ambiental, dado que el consumo aún se sitúa un 12% por debajo de los 400 g diarios recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Tendencias y desafíos actuales
El "Consumption Monitor" de Freshfel Europe revela que solo seis países de la UE alcanzaron la meta recomendada de 400 g de frutas y verduras por día. Este informe, que evalúa las tendencias de producción, comercio y consumo de productos frescos en Europa, ha destacado una vez más la necesidad crítica de fomentar un mayor consumo.
Impacto de la crisis económica
La crisis económica actual, exacerbada por la inflación y el aumento de los precios, ha afectado significativamente el poder adquisitivo de los consumidores. Esto ha llevado a una tendencia hacia dietas menos saludables, consideradas más económicas y energéticamente satisfactorias. Philippe Binard, Delegado General de Freshfel Europe, subraya que en tiempos de incertidumbre económica, los consumidores tienden a optar por opciones de alimentos menos saludables.
Consumo en declive: Análisis detallado
El tamaño del mercado de productos frescos en la UE-27 disminuyó a 71.350.965 toneladas en 2022. Esta disminución ha terminado con la tendencia positiva que comenzó en 2020, impulsada por un enfoque de vida más saludable durante la pandemia de COVID-19. Salvo Laudani, Presidente de Freshfel Europe, menciona que la organización es crucial para mantenerse al tanto de las últimas tendencias y dinámicas del mercado para reforzar la posición de los productos frescos en los mercados alimentarios competitivos.
Estrategias para reactivar el consumo
Desde Freshfel Europe se han identificado varios factores comunes que guían las últimas tendencias de consumo: disminución de las compras domésticas, hogares de ingresos bajos más afectados, productos orgánicos y premium bajo presión, y una frecuencia de compras aumentada pero con cantidades más reducidas. Estos factores deben abordarse para restaurar el estatus de "héroes" que los productos frescos ganaron durante la pandemia.
Desafíos legislativos y políticas inconsistentes
Al acercarse el final del actual período legislativo de la UE, se cuestiona el éxito de la recomendación de avanzar hacia una dieta más basada en plantas. Las incoherencias políticas y la falta de medidas consistentes derivadas del Pacto Verde Europeo, la estrategia De la Granja a la Mesa, el Plan de Acción de Economía Circular, y el Plan Europeo para Combatir el Cáncer, no han logrado cumplir con la ambición de transición a una dieta más saludable y respetuosa con el medio ambiente. La fruta y la verdura deben considerarse bienes públicos y parte de la solución a los desafíos sociales, y como tales clasificados como productos esenciales.
Hacia un futuro más saludable y sostenible
Es imperativo que el sector de frutas y verduras y las autoridades públicas unan fuerzas para construir una actitud de consumo sostenible basada en los beneficios de los productos frescos para el planeta, el clima y la salud de los consumidores. No se puede comprometer la urgencia de las acciones necesarias para abordar el desafío del consumo, especialmente entre las generaciones más jóvenes.
Un llamamiento a la acción colectiva
La disminución del consumo de frutas y verduras en la UE representa un desafío significativo pero también una oportunidad para reevaluar y mejorar las estrategias de salud pública y sostenibilidad ambiental. Es esencial que todos los sectores implicados trabajen conjuntamente para promover un aumento en el consumo de estos alimentos esenciales, aprovechando su asequibilidad y beneficios para ofrecer opciones más saludables y accesibles a todos los europeos.