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La FAO sitúa la cosecha mundial de trigo de este año en los 786 millones de toneladas

El pronóstico más reciente de la FAO sobre la producción mundial de cereales en 2022/23 ha experimentado un ligero aumento, ubicándose en 2 777 millones de toneladas, aunque se mantiene un 1,2 % por debajo de la del año anterior. El último incremento, con casi todos los cultivos de 2022 cosechados, obedece a revisiones menores al alza de las estimaciones sobre la producción de cereales secundarios en Australia y Ucrania.

Las cifras relativas a la producción mundial de arroz han sufrido una leve revisión a la baja (600 000 kg) desde marzo, en gran medida debido a una reducción de las estimaciones oficiales sobre la cosecha indonesia finalizada el pasado diciembre. Esta reducción contrarrestó una mejora de las perspectivas sobre la producción en Camboya, que refleja el dinámico ritmo de siembra durante el actual ciclo de la estación seca. En consecuencia, la producción mundial de arroz en 2022/23 se cifra actualmente en 516,0 millones de toneladas (arroz elaborado), esto es, un 1,6 % menos que el récord de 2021/22, pero aun así una cosecha superior a la media.

Perspectivas para los cultivos de 2023

De cara al futuro, el pronóstico de la FAO sobre la producción mundial de trigo en 2023 se ha incrementado ligeramente en comparación con las expectativas preliminares de marzo y actualmente se sitúa en 786 millones de toneladas, lo que supondría la segunda producción más cuantiosa registrada y estaría solo un 1,3 % por debajo del nivel de 2022.

En la Unión Europea, se estima que la producción de trigo aumentará de forma moderada en términos interanuales a causa de una ampliación de las plantaciones y unas condiciones generalmente buenas al comienzo de la primavera, pese a la sequedad en algunas partes de España, Italia y Portugal.

En la Federación de Rusia, aunque se atenuaron las condiciones secas en el suroeste del país, se prevé que un descenso en las plantaciones de trigo de invierno limitará la producción en 2023. En Ucrania, las repercusiones económicas de la guerra, en particular los bajos precios en la explotación, disuadieron a muchos agricultores de sembrar trigo. Como resultado de ello, además de los focos de sequedad en el sureste, el pronóstico indica una cosecha de trigo bastante inferior a la media en 2023.

En Estados Unidos, con las recientes lluvias que han aliviado en cierta medida las condiciones secas en las principales zonas plantadas con trigo en las grandes llanuras centrales y el aumento interanual de las siembras de invierno, el pronóstico indica que la producción superará la de 2022, que fue más reducida por la sequía.

En Canadá, a raíz de las expectativas de repunte de la siembra, se pronostica un aumento interanual de la producción de trigo en 2023.

En Asia, pese a las olas de calor registradas en marzo en el norte de la India, se prevé que la cosecha de trigo de 2023 superará el promedio quinquenal gracias a una superficie sembrada prácticamente sin precedentes y unas condiciones atmosféricas favorables hasta febrero. Del mismo modo, en el Pakistán han imperado condiciones de cultivo por lo general buenas y se estima que la producción superará el promedio quinquenal. En los países asiáticos del Cercano Oriente, tras unas precipitaciones desiguales durante los primeros meses de la campaña, las lluvias favorables de los últimos meses mejoraron las condiciones de los cultivos, en particular en el Irán (República Islámica del) y en Türkiye, ambos importantes productores. En África del Norte, la falta de precipitaciones en Argelia, Túnez y, aunque en menor medida, Marruecos está dando lugar a unas expectativas sobre las cosechas de trigo por debajo de la media en 2023, tras la producción ya de por sí baja de 2022.

Al sur del ecuador, la siembra de los cultivos de maíz de la campaña principal está a punto de finalizar en el Brasil y se prevé que la superficie sembrada alcanzará un máximo histórico, impulsada por una demanda de exportaciones robusta. Por consiguiente, y también a causa de unas condiciones atmosféricas propicias, se prevé que la producción de maíz alcanzará un nivel récord en 2023. En Argentina, las prolongadas condiciones secas han afectado negativamente a los cultivos de maíz y han menoscabado las perspectivas sobre la producción. En Sudáfrica, las buenas perspectivas de rendimiento debido al clima favorable indican un aumento interanual de la producción, que en 2023 podría alcanzar el segundo mayor nivel jamás registrado.