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Febrero ha sido muy húmedo y frío en la Comunitat Valenciana

Febrero de 2018 ha sido el decimotercero más frío desde 1950 en la Comunitat Valenciana según Aemet, pero en fechas más cercanas ha resultado el tercero más frío de los últimos 25 años, tras febrero 2005 y 2012. El carácter muy frío del mes de febrero es debido no tanto a una gran ola de frío, sino a la persistencia en las temperaturas por debajo de lo normal durante gran parte del mes, salvo en los días centrales, en los que las temperaturas estuvieron ligeramente por encima de los valores normales.

Los días 6 al 9 fueron los más fríos. Durante esos días la masa de aire muy fría que había invadido el territorio la primera semana de febrero quedó plenamente establecida. Los días previos al 6, la entrada de aire húmedo mediterráneo que se deslizaba sobre el aire gélido, generó copiosas nevadas en amplias zonas del territorio, que llegaron a superar los 25 cm en el interior de la provincia de Castellón. Cuando fue despejando, la combinación de aire frío, cielo poco nuboso y suelo cubierto de nieve dio lugar a temperaturas que fueron inferiores a -6ºC en lugares como Vilafranca (-8.3ºC), Ademuz (-7.9ºC) o Fredes (-6.2ºC).

Tras una breve recuperación térmica el día 15, que fue el día más cálido de febrero (se llegaron a alcanzar 25.0ºC en Sumacàrcer, 24.6ºC en Carcaixent, 24.3ºC en Manises, y 24.2ºC en Xàtiva), a partir del día 21 se produjeron nuevas invasiones de aire frío, que desembocaron en las nevadas de final de mes, al deslizarse nuevamente aire húmedo mediterráneo sobre el aire frío subyacente que previamente había recorrido todo el continente europeo, y que parcialmente invadió el territorio de la Comunidad Valenciana. Esta invasión de aire frío afectó sobre todo a la provincia de Castellón y mitad norte de València, donde la cota de nieve se mantuvo muy baja los días 27 y 28.

La precipitación acumulada ha sido 49.5 l/m2  , que es un 30% superior que la del promedio climático del periodo 1981-2010 (38.2 l/m2 ) y califica al pasado mes de febrero como húmedo. Por provincias, la anomalía de precipitación de cada una de ellas durante el mes de febrero ha sido: Castellón +29.6%; València, +40.0%; Alicante, +20.3%. Febrero de 2018 es el decimosexto más húmedo desde 1950 y el más húmedo de los últimos 5 años, ya que desde 2014 se habían encadenado de forma consecutiva 4 meses de febrero con carácter muy seco.

La estabilidad atmosférica que predominó durante el otoño y el principio del invierno se rompió con el temporal de levante de final de enero. Durante febrero persistió el tiempo con predominio de cielos nubosos que ya se había observado a final de enero, con entradas de aire frío del norte y precipitaciones, aunque éstas no llegaron a tener la intensidad y ni a acumular cantidades como las del temporal de final del mes de enero.

En total hubo 16 días con precipitación apreciable. Los días en los que más precipitación se acumuló fueron el día 1, con el máximo ese día de 46.9 l/m2 en Gandia, y el día 27, con el máximo ese día de 34.5 l/m2 en Sueca.

Con entradas previas de aire frío, las precipitaciones fueron en forma de nieve en el interior. En total, en la mitad de los días de febrero de 2018 se registró nieve en algún punto de la Comunidad Valenciana. Empezó nevando el día 1 en el interior de Castellón; el día 2 una copiosa nevada cayó en las montañas del norte de Alicante y del sur de Valencia .

Las nevadas más copiosas del mes se registraron entre los días 3 y 4 y 5 y continuaron de forma más débil los días 6 y 7, y afectaron tanto al interior de Valencia como al interior de Castellón, donde se llegó a acumular más de 25 cm de espesor en observatorios como Vilafranca; además, el frío de los días siguientes favoreció que la nieve estuviese acumulada en el suelo más de una semana. El domingo día 12 aún había 11 cm de espesor de nieve en el observatorio de Vilafranca. Posteriormente, las cálidas temperaturas de mitad de mes derritieron rápidamente la nieve.

Las nevadas se volvieron a repetir en las mismas zonas de Valencia y Castellón los días 27 y 28, y aunque no fueron tan importantes como las de los primeros días del mes, la cota estuvo más baja, llegando a nevar en observatorios con altitudes próximas a 300 metros, como el Aeropuerto de Castellón o Sant Mateu.

Estas nevadas y el frío predominante en el mes, derivaron en que hubiese muchos de días con el suelo cubierto de nieve. En el norte de Alicante, muy cerca del mar, en el Montgó, el suelo ha estado 3 días cubierto de nieve en cotas superiores a 600 metros. En una localidad de altiplano del interior de Valencia como Caudete de las Fuentes, a 780 metros de altitud, también el suelo ha estado 3 días cubierto de nieve en este mes de febrero, y en localidades por encima de 900 metros del interior norte de Valencia y del interior de Castellón (Aras de los Olmos, Vilafranca, Morella…), el suelo permaneció cubierto de nieve 13 días.

Los valores más altos de precipitación en el mes de febrero se han registrado en localidades del litoral sur de València y norte de Alicante: Jávea/Xàbia, 129.4 l/m2; Gata de Gorgos, 128.3 l/m2 ; Gandia, 120.8 l/m2 ; Miramar (Playa), 113.5 l/m2 . En el otro extremo, en algunos observatorios del interior y del sur de Alicante, las precipitaciones del mes han sido inferiores a 25.0 l/m2 : Orihuela, 17.6 l/m2 ; Villena, 23.2 l/m2.

Si los 3 primeros meses del actual año hidrológico, octubre, noviembre y diciembre de 2017, resultaron muy secos, los dos meses siguientes, enero y febrero de 2018, han resultado húmedos, lo que ha dado lugar a que el déficit pluviométrico que a mitad de enero estaba próximo al 85%, se haya reducido hasta el 50%. La precipitación acumulada en la Comunidad Valenciana en el año hidrológico 2017-2018 hasta el 28 de febrero es de 128.0 l/m2, mientras que el promedio normal sería de 259.1 l/m2 en esos 5 meses.

Salvo pequeñas zonas del litoral sur de Alicante, todo el territorio presenta déficit pluviométrico en el actual año hidrológico. El déficit es más acusado en la mitad norte del territorio, donde el acumulado en los últimos meses no llega ni a la mitad de lo que suele ser normal.