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Coronavirus: Productores de nísperos y cerezas de Alicante alertan de la falta de mano de obra para la presente campaña ante la ausencia de temporeros

Jóvenes Agricultores ASAJA Alicante denuncia la difícil encrucijada en la que se encuentran muchos de los agricultores de fruta de hueso de verano como el níspero o la cereza de la provincia, cuyas campañas arrancarán en apenas dos semanas y se encuentran con que no tienen ni la mitad de la mano de obra que necesitan para recolectar el fruto.

En el níspero, cuya producción se concentra en la comarca de la Marina Baixa, los productores denuncian que, si no se solventa la situación por parte del Gobierno y se permite la entrada de los temporeros o se promueve la búsqueda de personas que quieran trabajar en el campo, es posible que se quede sin recolectar y se eche a perder el 40% de la cosecha. Una cosecha que este año, debido a las suaves temperaturas del invierno y a las abundantes lluvias, se preveía excepcional, con alrededor de 13 millones de kilos esperando ser recolectados.

“De momento vamos capeando la falta de mano de obra porque solo habíamos empezado con la recolección de las variedades más tempranas y porque la campaña se ha frenado un poco debido a las lluvias. Pero en cuanto pase esta semana de lluvias, alrededor del 15 de abril, comienza la época de plena recogida y nos encontramos con las plantillas a la mitad o menos. Nuestros temporeros solían venir de Rumanía y ahora se encuentran con que no pueden salir de sus países. Nos enfrentamos a pérdidas millonarias y a la destrucción de este cultivo tan emblemático y artesanal”, afirma Rafael Gregori, presidente de Jóvenes Agricultores en Callosa d´en Sarrià.

Jóvenes Agricultores ASAJA Alicante pide al Gobierno que trabaje en una solución que dé salida a esta situación cuanto antes, ya que genera una inestabilidad preocupante en un sector, el de la alimentación, que está siendo clave en esta crisis sanitaria. Por tanto, reclaman que se trabaje con la máxima celeridad en una solución común con la UE que permita: o bien facilitar la movilidad de los temporeros dentro de la UE o los que provenían del norte de África; o hacer un llamamiento para que trabajen en el campo a todas aquellas personas que se hayan quedado en el paro por esta crisis, facilitando algún tipo de sistema que permita compatibilizar estar acogido a un ERTE y no perder la prestación por trabajar en el campo.

Cabe señalar que decenas de miles de personas del sector turístico en Benidorm y la provincia se han visto obligadas a dejar de trabajar por el cese la de la actividad de hoteles y restaurantes debido al COVID-19. Sin embargo, se da la paradoja de que muchas de estas personas están sujetas a un ERTE y, por tanto, si aceptaran el trabajo en el campo perderían su prestación, por lo que nos encontramos con una falta de incentivos financieros que les hagan venir a trabajar en el campo, además de falta de motivación y un problema de compatibilidades laborales, que deben solventarse lo antes posible para que no se produzca el temido “efecto embudo” en el sector agrario, quedándose millones de frutas y hortalizas en los árboles por falta de mano de obra, en un momento de crisis sanitaria donde la alimentación es un pilar que no puede fallar.

Así mismo,al sector citrícola de la Vega Baja también el preocupa el éxodo masivo de las cuadrillas a la fruta de hueso de Murcia, que arranca en unos días, y con las que ya tienen apalabrados los contratos laborales.

Por su parte, la cereza de la Montaña de Alicante, que arranca temporada a finales de abril, también muestra preocupación por la falta de mano de obra que suele trabajar en su recolección, y aunque queda más lejos, también demanda una solución proporcionada cuanto antes.