El temporal de lluvias tiene en general efectos positivos para el campo, pero el viento y exceso de agua causa daños en algunos cultivos
El temporal de intensas lluvias que ha venido azotando a la Comunitat Valenciana en los últimos días ha dejado un sabor un tanto agridulce en la agricultura. En líneas generales, el agua ha resultado muy beneficiosa, especialmente para cultivos de interior como el viñedo, máxime porque el campo valenciano estaba muy necesitado de lluvias y este episodio ha supuesto un aporte hídrico importante que ha servido, además, para limpiar el arbolado y recargar acuíferos y pantanos, de acuerdo con una primera estimación de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA).
Sin embargo, hay que apuntar que en aquellas zonas donde las precipitaciones han superado los cien litros por metro cuadrado -fundamentalmente en la comarcas de la Safor, la Marina y también en algunos puntos de la Ribera- se han producido inundaciones y desperfectos por arrastre de tierras. Habrá que esperar la evolución del estado de esas parcelas para poder valorar de manera precisa el alcance de los daños. En el caso de que en los próximos días suban las temperaturas será preciso efectuar en las explotaciones que hayan quedado anegadas tratamientos específicos para combatir la aparición de hongos.
Si las lluvias, y pese a los problemas puntuales ya apuntados, han sido positivas para la agricultura no puede decirse lo mismo en absoluto de las rachas de viento que han soplado con extraordinaria violencia y de forma continua a lo largo de estos últimos días. La fuerza del aire ha provocado daños por rameado -es decir, por los golpes de las ramas sobre los frutos- en el cultivo de los cítricos y también en variedades extratempranas de frutales como el melocotón y la nectarina. Además, ese mismo viento ha tirado al suelo una cantidad significativa de fruta y en aquellas producciones que se encuentran en la fase inicial de su desarrollo, como sucede con el caqui, ha secado numerosos brotes o los ha tronchado. Asimismo, se constatan daños en nísperos y cerezas.
Respecto a los cítricos hay que lamentar la situación en la que queda la variedad ortanique respecto al seguro, ya que el período de cobertura finalizó el pasado 31 de marzo y como la maduración de la referida mandarina ha llegado con retraso y la demanda comercial muestra cierta atonía aquellas producciones que se han visto afectadas por el temporal no podrán acceder al cobro del seguro pese a haberlo contratado. Por ello, AVA-ASAJA va a dirigirse a Agroseguro para que, a la vista de esta coyuntura, prorrogue la validez de la fase de garantía de esta variedad.
Los almendros de las comarcas de interior también han sufrido igualmente la incidencia negativa del viento, una circunstancia que se suma a los daños causados por las últimas heladas. La combinación de ambos factores ha supuesto que en algunas zonas de las comarcas de Utiel-Requena o los Serranos el grado de afección sobre el cultivo llegue al 50% de la cosecha e, incluso, en la aldea de las Cuevas, en Utiel, ese nivel de afección llega al 70%. La virulencia del viento ha sido tal que ha llegado a arrancar algunos árboles.
Por último, la potencia del aire también se ha ensañado con algunas hortalizas y de manera muy especial con la cosecha de patata de l'Horta Nord. El viento ha destrozado muchas plantas de patata, sobre todo en aquellas parcelas más próximas al mar y que, por tanto, se encuentran más expuestas, con el resultado de que la producción sufrirá una severa merma. Al mismo tiempo, la gran cantidad de agua acumulada estos días está obligando a retrasar las labores de la siembra en el cultivo de la chufa y los agricultores que ya han realizado esa tarea esperan ahora para evaluar el estado de sus campos tras el temporal por si fuese necesario replantar de nuevo.
Para LA UNIÓ el temporal del lluvias de esta Semana Santa es positivo para el campo valenciano porque sirve para ahorrar riegos , revitalizar algunos cultivos de interior sobre todo los cereales que sufrían un fuerte déficit hídrico, recargar los acuíferos, limpiar los árboles ante posibles plagas y regenerar los pastos para alimentación del ganado.
Sin embargo la organización agraria señala que pese a los efectos beneficiosos de forma generalizada, el viento y el exceso de hidratación ha provocado rajado de fruta por exceso de agua en algunos frutales de hueso como el níspero, nectarina o cereza.