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El sector agroalimentario, en alerta ante una posición extrema para el control de las emisiones de los gases fluorados en la UE

Con el objetivo de controlar las emisiones de gases fluorados, el Reglamento EU 517/2014 que regula la materia se encuentra en su tercera revisión. La propuesta, publicada en abril de 2022 por la Comisión Europea, está siendo revisada actualmente (primer trimestre de 2023) por el Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión Europea, con una adopción prevista para el cuarto trimestre de 2023.

La industria española expresa su compromiso para alcanzar la neutralidad climática en 2050, pero a la vez muestra su preocupación ante la postura de algunos sectores del Parlamento, que están adoptando una posición muy extrema que podría llegar a imponer consecuencias no deseadas en Europa, pero especialmente graves en países como España. La climatización y la refrigeración son imprescindibles en sectores esenciales como el sector agroalimentario y la distribución alimentaria, pero también en hospitales y centros de salud, centros educativos, etc, así como en viviendas, oficinas, edificios y transporte públicos, industria, comercio, turismo, etc., que se verían gravemente perjudicados. 

Dada la relevancia estratégica de la industria agroalimentaria para España, no sólo en términos de PIB (alrededor del 10%), sino desde una perspectiva social y medioambiental, y el nivel de exportaciones a otros mercados europeos, esta posición extrema dificultará y limitará la actividad actual de la industria debido a su dependencia de la refrigeración en toda la cadena de suministro. España es el primer exportador de la UE y uno de los tres primeros exportadores mundiales junto con China y EE. UU de acuerdo con los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. En 2021, el sector hortofrutícola superó los 15.400 millones de euros de facturación. La afección comenzaría en el nivel del productor, donde los productos necesitan mantenerse fríos antes del transporte, continuaría en el transporte refrigerado, principalmente camiones a los países del norte de Europa, y alcanza al nivel de distribución alimentaria y supermercados, en la refrigeración de expositores y almacenaje.

Actualmente la mayoría de las empresas del sector de comercio minorista agroalimentario, siguen apostando por sistemas de refrigeración con alto potencial de calentamiento atmosférico, dado que las alternativas actuales a través de sistemas de CO2 o glicol suponen un mayor coste económico que la mayoría de nuestro tejido comercial formado por pymes no puede asumir. Las Pymes tendrían que acometer inversiones no planificadas con lo que esto conlleva para los planes financieros a corto plazo de las empresas.

Igualmente en el sector agroalimentario el uso de gases refrigerantes recuperados, es prácticamente inexistente en las instalaciones, es por ello, que creemos necesario que su uso sea fomentado/autorizado en aplicaciones para las que puedan ser válidos produciendo un ahorro efectivo tanto energético como económico para las pequeñas instalaciones de las pymes agroalimentarias, igualmente esto repercutirá en la mejora de la calidad del aire.

En caso de llevarse a cabo la prohibición de mantenimiento de sistemas de refrigeración en este campo, más de un 90% de los 24.000 puntos de venta de distribución alimentaria en España no podrían ser mantenidos. La reconversión de todo el parque de instalaciones a sistemas sin fluorados es sencillamente irrealizable en los plazos propuestos en las distintas enmiendas, ya que, en la práctica, la reconversión de un sistema basado en fluorados a otro que no lo está implica el desmantelamiento completo de la instalación y sustituirla por una nueva donde no se puede aprovechar ninguno de los componentes ni elementos actuales.