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El International Rice Forum Valencia aboga por logra un etiquetado en origen del arroz

El International Rice Forum VLC, organizado hoy en Valencia por la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA), ha hecho un llamamiento a los distintos agentes del sector arrocero para lograr que la Comisión Europea apruebe un etiquetado obligatorio sobre el origen del arroz que se comercializa en los mercados comunitarios, tal como ya se ha legislado en el sector lácteo. 

El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, declaró que “en pleno siglo XXI los consumidores tienen todo el derecho del mundo a saber qué es lo que comen y dónde ha sido producido. El reto que tenemos las organizaciones agrarias es sellar una gran alianza con la sociedad para conseguir que Bruselas atienda nuestras demandas en materia de etiquetado”. En este sentido, Aguado subrayó que “la solidaridad europea es un principio esencial y no puede ser que la leche -un producto agrario característico del norte- ya tenga un etiquetado obligatorio mientras que en el arroz seguimos dando vueltas al asunto”. 

Las reticencias a la hora de exigir el etiquetado proceden fundamentalmente de las industrias arroceras. Sin embargo, Salvador Loring, director de relaciones institucionales del Grupo Ebro, señaló que esta normativa supondría un sobrecoste, pero que  “estarían dispuestos a negociarlo llegado el momento”. Por su parte, Olivia Merino, representante del Ministerio de Agricultura, añadió que “si hay una propuesta conjunta por parte de todo el sector, teniendo en cuenta el precedente de la leche, podría ser apoyada por la administración y, para ganar en efectividad, debería ir acompañada de promoción”.

Al hilo de estas manifestaciones el responsable de la sectorial arrocera de AVA-ASAJA y a su vez vicepresidente del grupo del arroz del COPA-COGECA, Miguel Minguet, apeló a “construir una estrategia común a largo plazo con la industria y la gran distribución a fin de distinguir nuestro arroz del cultivado en terceros países”. 

Durante la inauguración del encuentro el president de la Generalitat, Ximo Puig, también abogó por establecer el etiquetado “obligatorio y sin atajos debido al mayor prestigio y valor añadido del que goza el arroz valenciano”. Asimismo, el jefe del Consell, coincidió con los arroceros en reclamar reciprocidad real en los controles fitosanitarios de terceros países, ya que “no estamos en contra de la competencia, pero no podemos tolerar la competencia desleal”. 

Los asistentes suscribieron un ‘Manifiesto Valencia’ que incluyó las principales reivindicaciones del colectivo europeo, entre las que destaca la demanda de un etiquetado obligatorio. Además, el documento denuncia las crecientes limitaciones que impone la legislación europea en el uso de materias fitosanitarias y que dificultan la lucha contra las plagas y enfermedades del cultivo. Desde 1993 el 68% de las sustancias activas existentes en el mercado han sido eliminadas y otras muchas se encuentran ahora mismo en el punto de mira o pendientes de autorizaciones excepcionales por parte de España, como el Triciclazol contra el hongo de la Pyricularia o el Propanil contra malas hierbas. 

Ante esta situación, el sector reclama a las autoridades comunitarias que lleven a cabo “un replanteamiento general sobre la protección vegetal que se base en la aplicación de criterios estrictamente científicos antes de decretar la supresión de determinados productos por encima de visiones fuertemente ideologizadas y no siempre avaladas por la ciencia”. Paralelamente exige “aligerar la pesada carga burocrática que empuja a muchas empresas a renunciar al registro de ciertos productos fitosanitarios”, así como armonizar las normativas de los distintos países comunitarios e impedir la entrada de arroz de países terceros tratado con productos que están prohibidos en Europa. 

Otra reivindicación recogida en el ‘Manifiesto Valencia’ es la apuesta decidida por el desarrollo de nuevas variedades más productivas, adaptadas a las demandas del mercado y resistentes a enfermedades, para ello resulta fundamental contar con las nuevas técnicas de edición genética como el CRISPR, máxime cuando fue descubierto por el investigador valenciano, Francisco Mojica.