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Unión de Uniones duda que la autorregulación en el aceite beneficie al agricultor si no se equilibra la cadena alimentaria

La Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos, tras celebrar una reunión con la Subdirección General de Cultivos Herbáceos e Industriales y Aceite de Oliva del MAPA esta semana, pone en duda la eficacia de cualquier medida de autorregulación y su beneficio para los productores si antes no se corrigen los desequilibrios de la cadena y se ordena la calidad y el consumo.

Unión de Uniones, quien ya ha puesto en evidencia en el pasado los bajos precios que está acusando el aceite de oliva en esta campaña, señala que las medidas de autorregulación por retirada propuestas por el Ministerio no solucionan una situación cuyas motivaciones exceden de los simples efectos de una buena cosecha.

Según los datos del Ministerio, la presente campaña se habría alcanzado una producción récord, cercana a los 1,8 millones de toneladas y sería la dificultad de absorber esta oferta por parte del mercado, la que habría provocado una bajada notable de precios, encontrándose un 43 % por debajo de la media de las últimas cuatro campañas. No obstante, Unión de Uniones no comparte íntegramente esta visión, dado que en los últimos cuatro años se han dado también campañas de altos niveles de producción y el aceite ha cotizado muy por encima de su valor actual.

Ante esta caída de precios, el Ministerio propone distintas opciones de retirada, por norma de calidad, obligatoria o voluntaria. La organización considera que estas soluciones son instrumentales pero que no resuelven el problema real, el de una cadena alimentaria que no funciona y el de un consumo mal orientado, con una interprofesional que no cumple adecuadamente con su trabajo de promoción.

La calidad no se valora

En la actualidad, en España, la distancia del precio del aceite lampante respecto al AOVE es mínima –algo que no sucede en el resto de países productores- y, dado el escaso diferencial, el productor opta por sacar aceites de inferior calidad para reducir costes, con lo que se acaba banalizando el producto.

“Una adecuada valorización del aceite mediante campañas de educación del consumo sería fundamental, en un trabajo que, hoy por hoy, no está haciendo la interprofesional, pese a que en campañas como la presente estaría recaudando alrededor de unos 10 millones de euros del sector”, señalan desde la organización.

Igualmente, existe mucho aceite lampante de países como Argentina o Túnez que se mezcla con aceite propio, cuyo origen no se etiqueta adecuadamente, concurriendo en problemas de competencia con los productores nacionales que producen exclusivamente con aceite de origen nacional. Esto demuestra la necesidad urgente de establecer obligatoriedad en el etiquetado en origen, con parámetros de mayor rigor.

“Creemos que todo esto daña al mercado y es totalmente independiente a la producción mayor o menor que se haya tenido en la campaña”, añaden desde Unión de Uniones.

Igualmente, la organización destaca que en muchas almazaras el precio del aceite es superior al de los supermercados, lo que hace pensar que sigue siendo producto de reclamo en los lineales de la distribución y demuestra las descompensaciones que se dan en la cadena alimentaria que, de no resolverse, seguirán marcando el futuro del aceite de oliva.

Para Unión de Uniones, si no se sientan las bases para resolver antes todo esto, los sacrificios de autorregulación del sector van a seguir recayendo sobre el eslabón más débil de la cadena, el productor, ya que no está garantizado ni que las retiradas vayan a mejorar la situación en un mercado abierto a las importaciones y con deficiencias importantes en su funcionamiento, ni tampoco que, si resultan, estás vayan a repercutir en beneficios para los agricultores.