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La apatía de los vinos tintos, sequía y pedrisco agravan la crisis de los viticultores de Utiel-Requena

El histórico parón de las compras de vinos tintos durante el último año, los efectos negativos de la sequía y las tormentas de pedrisco recrudecen la crisis de rentabilidad de los viticultores de Utiel-Requena, la comarca más productora de vino en la Comunitat Valenciana.

El responsable de la sectorial de vino de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA), José Luis Robredo, denuncia el “abandono” por parte de las administraciones, sobre todo del gobierno valenciano, porque “no están haciendo nada ni para equilibrar la cadena alimentaria y garantizar precios dignos, ni para aprobar medidas de apoyo puntuales al sector como ayudas directas, como sí han tenido otros cultivos, o la destilación de crisis”.

El sector vitivinícola de la comarca constata un brusco desplome del número de operaciones de compraventa de vinos tintos. Como consecuencia, las escasas adquisiciones que se producen a cuentagotas se cierran a precios en origen muy por debajo de los costes de producción, que se han encarecido un 30% en las dos últimas campañas. Además, a estas alturas de la temporada, a apenas tres meses para la siguiente vendimia, todavía quedan inusuales reservas de stock en las bodegas por vender. AVA-ASAJA apunta entre las principales causas de esta apatía en el mercado a masivas importaciones procedentes de países terceros y a cambios en las tendencias de consumo de los jóvenes, que optan más por vinos blancos y rosados. De hecho, en estos casos la demanda ha sido mayor aunque, tal como afirma Robredo, “las cotizaciones en origen abonadas por la uva para cava no han alcanzado los niveles que deberían. Han aumentado las ventas y los precios del consumidor, por lo que las bodegas embotelladoras han incrementado sus ingresos, pero el sector productor no se ve recompensado en su justa medida”. 

Por otra parte, las adversidades climáticas están provocando importantes mermas de producción. A diferencia del litoral valenciano, en Utiel-Requena y otras comarcas interiores no ha llovido de manera persistente y adecuada como para paliar el déficit hídrico que los cultivos arrastraban desde los primeros meses del año. Por tanto, la sequía sigue siendo un problema cuyas consecuencias se están dejando notar con un descenso de la futura cosecha de uva e, incluso, con la aparición de viñas secas que acabarán muriendo. Asimismo, varios temporales acompañados de granizo han ocasionado daños de hasta el 100% de la producción en zonas localizadas de la comarca y la incidencia del frío en momentos adelantados del año ha motivado el surgimiento de marchitez fisiológica en la variedad Bobal.

AVA-ASAJA critica duramente a las administraciones por no habilitar medidas de apoyo urgentes que alivien la descapitalización de los viticultores. El cultivo de la uva se quedó fuera de las ayudas aprobadas por el Gobierno central con motivo de la guerra en Ucrania y tampoco aparece en el primer borrador del Ministerio enviado a las organizaciones agrarias sobre las ayudas por la sequía. Asimismo, la Generalitat Valenciana no ha tramitado las ayudas de la destilación de crisis, mientras que otras comunidades sí lo han hecho mediante fondos estatales (Cataluña y Extremadura) y cofinanciados con partidas propias (La Rioja y País Vasco). La Comisión Europea acaba de adoptar medidas excepcionales para que los Estados Miembros puedan solicitarlas, pero por el momento el sector desconoce nuevas gestiones.

Robredo asegura que “los agricultores queremos vivir de unos precios justos por nuestras cosechas, pero ante las dificultades sin precedentes que existen en el mercado de los vinos tintos necesitamos de manera rápida y contundente una serie de ayudas con suficiente presupuesto. Si las administraciones no actúan sobre la cadena alimentaria y siguen mirando hacia otro lado, provocarán la pérdida de una actividad empresarial tan fundamental como es la viticultura y continuarán expulsando a las personas del medio rural”.