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Finaliza Cavawinner, el proyecto de I+D para posicionar el cava español en mercados internacionales

El proyecto de I+D Cavawinner ha llegado a su final tras cuatro años de desarrollo. Para presentar los resultados de esta iniciativa, que arrancaba con el objetivo de posicionar el cava español frente a otros vinos espumosos internacionales, se ha celebrado un evento en Cavas Vilarnau, casa del líder de Cavawinner. Para lograr el posicionamiento del cava español en los mercados internacionales, los trabajos de desarrollo de Cavawinner se han basado en la investigación y la incorporación de nuevas tecnologías al sistema de elaboración tradicional de este producto, con el fin también de reducir costes de producción y mejorar la calidad final.

En el encuentro se han dado cita representantes de los ocho socios empresariales (Vilarnau, Mecanizaciones Alavesas, Bodegas Bilbaínas, Trefinos, Juvé&Camps, Gramona, Dominio de la Vega y Bodegas San Valero) y de los cinco organismos de investigación (VITEC-Centro Tecnológico del Vino, AINIA, el Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos IATA-CSIC, la Universidad Rovira i Virgili y Enolab-Universidad de Valencia) que han desarrollado este proyecto. También han participado en el evento Vega Gil, directora de Certificación y Compra Pública Innovadora del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), y Alexandre Comellas, gerente del Consejo Regulador de la DO CAVA. Tras la exposición de los resultados, todos los asistentes han disfrutado de una visita a Cavas Vilarnau.

 

Resultados

Los cinco centros de investigación que han trabajado en el desarrollo de Cavawinner han sido los que han dado a conocer los resultados del proyecto en el evento. En primer lugar, ha intervenido Miquel Puxeu, investigador de VITEC. “En el proyecto Cavawinner no se ha perseguido únicamente el objetivo de elaborar un producto de calidad” ha advertido, “lo que realmente se ha pretendido ha sido elaborar cavas de calidad superior”. Así, ha asegurado que “gracias al proyecto y sus resultados, muchas bodegas implementarán cambios en esta dirección y en la de la mejora del proceso productivo”.

A continuación, Jordi Cirujeda, investigador en AINA, ha manifestado que “Cavawinner ha marcado un antes y un después en el control de la calidad y la seguridad alimentaria del cava”. Así, ha explicado que se ha logrado desarrollar una “novedosa herramienta inteligente de inspección de la calidad del cava”, la cual permite localizar las materias extrañas que puedan estar presentes en el producto embotellado e, incluso, aquellas contaminantes de baja densidad (plásticos, cristales, materia orgánica como insectos, corchos, etc.). “Nos permite ir más allá de lo que el ojo humano o los sistemas convencionales puedan detectar” ha añadido Cirujeda.

En esta línea, cabe destacar el desarrollo y la puesta en marcha de un equipo piloto, llamado Cavawinner Inspect, capaz de implementar innovadoras tecnologías de inspección del campo de la visión y la Inteligencia Artificial. Según Cirujeda, “esto hace de la solución una propuesta completamente funcional, adaptable y diferencial que permite contribuir a posicionar y garantizar, más si cabe, la alta calidad del cava español”. 

En representación de la Universidad Rovira i Virgili, Marta Conde ha compartido que “se han estudiado distintos aspectos para la optimización en el proceso de elaboración del cava”. Entre ellos, ha destacado la medición de la cinética de descenso de lías para optimizar el proceso del removido tradicional, el análisis del uso de taninos enológicos como aditivos antioxidantes, el estudio del aporte de moléculas derivadas de la autolisis de la levadura y el uso de columnas de intercambio catiónico para ajustar el pH de los vinos base y los cavas.

Por su parte, José Manuel Guillamón, investigador del IATA-CSIC, ha presentado el desarrollo de nuevos productos y técnicas para la optimización tanto de la calidad de los vinos bases como de la segunda fermentación en botella. Entre ellos, ha destacado un innovador método de elaboración de pie de cuba mediante el uso de un biorreactor, que “permitirá unas segundas fermentaciones en botella más regulares y estandarizadas, así como tener un control del proceso del pie de cuba”. Además, con respecto al uso de levaduras no convencionales para aumentar la acidez de los cavas, ha afirmado que se trata de “una buena estrategia” para aplicar en los vinos base. En este sentido, Guillamón ha confirmado que “es viable industrialmente introducir nuevas cepas y especies de levaduras para llevar a cabo la segunda fermentación en botella”.

Finalmente, Sergi Ferrer, miembro del equipo de ENOLAB de la Universidad de Valencia, ha señalado que, con el desarrollo de Cavawinner, “se han obtenido vinos base con características singulares y de calidad”. Este logro ha sido posible gracias a, entre otros factores, el aislamiento de nuevas cepas de bacterias lácticas con características diferenciales, la adaptación de las mismas a bajos pH y al sulfuroso, la acidificación biológica de los mostos, la realización de la fermentación maloláctica en mostos, y el poder acidificante de estas bacterias lácticas. 

Cavawinner ha contado con un presupuesto global de 6,1 millones de euros y se ha llevado a cabo gracias al apoyo financiero del programa CIEN del CDTI.