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Un proyecto valenciano recibe financiación para utilizar abonos verdes con restos de poda

Los grupos de investigación SOREiMA y REDOLí de la Universitat de València han recibido financiación de la Unión Europea y la Generalitat Valenciana para desarrollar el proyecto agrobiológico Poda-Val, con el que se trasladarán al sector agrario los beneficios de utilizar abonos verdes a partir de restos de poda como aporte de biomasa al suelo antes de la floración.

Actualmente, en la región mediterránea gran cantidad de residuos procedentes de la poda o el rastrojo de las cosechas se incineran, lo que emite gases de efecto invernadero y provoca riesgos para la salud de las personas y el medio ambiente. En otros casos, a menudo estos restos se dejan en el campo, lo que puede provocar un daño a los árboles al favorecer la proliferación de determinadas cepas de hongos en los troncos. Por otra parte, la utilización de herbicidas puede ser sustituida por la siembra de especies vegetales para evitar el crecimiento de determinadas adventicias y que son utilizadas como abono verde.

La propuesta desarrollada por la Universitat de València y la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) se basa en favorecer el reciclado de los restos de poda y fomentar los abonos verdes o cultivos que aportan su biomasa al suelo antes de la floración, con los cuales se reduce el riesgo fúngico y la aparición de insectos perjudiciales. La aplicación de abonos verdes, elaborados con cultivos vegetales y restos de poda, produce un incremento significativo en la producción de determinados cultivos.

Por otro lado, favorecer la fijación de carbono orgánico en los suelos, así como incrementar su contenido de materia orgánica son aspectos muy importantes para paliar los efectos del cambio climático. Después de las rocas y los océanos, los suelos constituyen el principal sumidero de carbono del planeta (más del doble que la atmósfera y la vegetación conjuntamente).

Además, evitar la incineración de los rastrojos y restos de poda e incorporarlos a los suelos de los agro-sistemas, contribuye al reciclado de la materia orgánica y nutrientes, a reducir las emisiones de CO2 a la atmosfera, así como al incremento de los stocks de carbono en los suelos. Todo esto ayuda a mejorar la calidad de los suelos y mitigar el efecto invernadero.

El proyecto también supone un nuevo enfoque para la valorización de los residuos agrícolas, los cuales dejan de ser incinerados en los campos o trasladados a vertederos o plantas de tratamiento, para realizar in situ el proceso de reciclaje. Además, el manejo adecuado de los restos de poda, rastrojos y cubiertas vegetales incrementa la fertilidad del suelo y contribuye a la balanza del ciclo hidrológico, ya que disminuye la evapotranspiración, incrementa la capacidad de almacenamiento de agua en el suelo y aumenta la recarga de los acuíferos.

Por todo ello, el proyecto es una apuesta clara hacia la sostenibilidad y una contribución más en la lucha para mitigar los efectos del cambio climático en el área mediterránea, destacan desde los grupos de investigación.

La propuesta (AGCOOP_B/2019/017) está financiada por la Agencia Valenciana de Fomento y Garantía Agraria de la Generalitat Valenciana y por la Unión Europea a través del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER).

Puede consultar más información del proyecto en su web