Fin de vendimia
* Patricio Simó.
El lunes fue mi último día de vendimia. Ya puedo respirar tranquilo. Al final ha salido mejor de lo que esperaba, un 11% más de kilos, gracias, sobre todo, a la tintorera y a la Cabernet Franc, que el año pasado no vendimié porque no había uva. En la tintorera he hecho más kilos que la campaña pasada, un 32% más. No ha sido igual con la Cabernet Sauvignon, con una merma del 28%, respecto a unos rendimientos muy bajos por hectárea, en torno a 2.300 kilos por hectárea.
Aunque todavía quedan por delante unas semanas para terminar la vendimia, la Monastrell será la última en vendimiarse, en mi caso, concluye una campaña muy complicada por la fuerte sequía que hemos sufrido con una primavera y un verano con escasas lluvias, que ha bajado, en general, las producciones en todas las variedades de uva, siendo las variedades autóctonas las que mejor han resistido a la sequía por su adaptación al terreno. En secano, lógicamente, los rendimientos no son iguales que en regadío, que pueden llegar a los 20.000-25.000 kilos por hectárea, incluso más.
Pero, producir más, no es sinónimo de calidad. Las bodegas son cada vez más exigentes. La calidad de la uva no puede ser la misma cuando se producen 20.000 kilos hectárea que cuando se producen 2.000 kilos. Cuestión aparte es saber si esa diferencia de kilos, lo compensa el precio. En las variedades francesas, el agricultor percibe más dinero por kilo de uva que, por ejemplo, con las variedades autóctonas, como la Monastrell, la Forcallá o el Tempranillo. La razón es el mercado. Hay más demanda para elaborar vinos de variedades francesas que de autóctonas, aunque poco a poco va cambiando la tendencia y los gustos del consumidor. De hecho, en pleno boom de las variedades francesas se arrancaron muchas hectáreas de uvas autóctonas. Quien suscribe estas líneas arrancó Monastrell para plantar Cabernet Sauvignon.
Hoy la tendencia, sobre todo, de las bodegas pequeñas es apostar por las variedades autóctonas que este año de sequía se han comportado mucho mejor que las variedades francesas. Durante estos días de vendimia y debido a la gran cantidad de tractores que llegan a la bodega para descargar la uva, la cooperativa La Viña ha tenido a bien ampliar el horario, dos horas más, de lunes a miércoles hasta las 9 de la noche.
Las previsiones anuncian lluvia en los próximos días y esto hace que muchos agricultores tengan prisa por entrar la uva a la bodega. La uva ha entrado con muy buena calidad, tanto de grado alcohólico como de sanidad. En muchos casos, se ha disparado algo el pH que sirve para medir el grado de acidez del vino. Un vino con una acidez alta, más de 3,70, se dice que es un vino plano sin acidez. A medida que los niveles en la acidez de las uvas maduras disminuyen, la concentración de ácidos disminuye, lo que significa que el nivel de pH aumenta, dicho de otro modo, el pH aumenta a medida que maduran las uvas.