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Cuenta atrás para la vendimia

* Patricio Simó.

En unos días comenzaré la vendimia. No tengo blanco, solo uvas tintas de las variedades: cabernet sauvignon, cabernet franc y garnacha tintorera. El año pasado empecé a recoger la uva el 28 de agosto con la garnacha tintorera. Las previsiones de cosecha son hacer menos kilos que la campaña pasada, en torno al 30% o 40%. La sequía ha sido la responsable de esta merma en la producción.

El viernes llevé a la bodega la primera muestra de uva y aún le falta grado. Está muy verde aún. Ese mismo día vinieron de Agroseguro a peritar la uva por la sequía. La perito confirmó una reducción de la cosecha del 40%. Los daños por sequía se calculan por explotación y no por parcelas individuales. Se hace una estimación y en función de los kilos asegurados, descontada la franquicia que se tenga contratada que suele ser del 80%, te pagan de acuerdo al precio que se haya estipulado. Es la primera vez que he incluido en la póliza del seguro, los daños por sequía. Sí que tenía declarada la piedra y la helada.

El agua que cayó el miércoles ha bajado algo el grado alcohólico. La garnacha dio en el foss, que es el aparato que sirve para hacer las mediciones de PH, sanidad y grado alcohólico; 9,35. Para entrar la uva en bodega en condiciones óptimas ha de situarse entre 12,71 y 15,00, con lo cual aún le quedan unos días para madurar. Todo va a depender de cómo venga el tiempo. Ahora es cuando comienza el nerviosísimo entre los agricultores porque septiembre suele ser un mes de lluvias y tormentas. De hecho, para esta próxima semana ya han anunciado tormentas con granizo. A punto de recoger la uva como estamos, si cayera granizo ahora mismo causaría mucho daño en el campo. Es preferible que no llueva ante el riesgo de que caiga piedra. Las tormentas de verano son un peligro porque a menudo vienen acompañadas de piedra. Sí que vengo observando de un tiempo a esta parte que las variedades autóctonas como: la tempranillo o la monastrell aguantan mucho mejor la sequía que las variedades francesas. Están más asentadas al terruño. Más abajo en la fotografía, un racimo de monastrell en vaso. Son mucho más resistentes ante períodos prolongados de sequía. También la plantación en vaso, creo que le beneficia porque la conducción en espaldera al tener la planta el tronco más largo necesita de más agua para llevar la savia de las raíces a las hojas.

Las demandas del mercado hizo que muchos agricultores entre los que me incluyo arrancáramos todas las variedades autóctonas y en su lugar plantáramos variedades francesas como: la cabernet, la syrah, la petit verdot o la chardonnay. El precio mandaba. Las diferencias entre una variedad autóctona y una francesa podrían ser de más del doble. Nunca tuvimos en cuenta que también producen mucho menos porque los racimos y las bayas son más pequeños. Mi experiencia personal es que he tenido que arrancar las dos parcelas de casi 10 hectáreas que tenía plantadas de syrah porque se secaban las plantas, seguramente por yesca y una mala elección del pie, mal aconsejado por el viverista. En la finca había plantado: tempranillo, monastrell, bonicaire y garnacha. Tiempo atrás también arcos y forcallá. Visto con el tiempo ha sido un error. Las nuevas plantaciones que he realizado en la finca ya han sido con variedades autóctonas como la garnacha tintorera y la próxima parcela que plante será de malvasía o macabeo. Variedades blancas del terreno que producen kilos y son bastantes resistentes a las plagas.

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