Pasar al contenido principal

“A las mujeres rurales las hemos llamado todoterreno, fuertes, heroínas, y no, eran víctimas de una situación de desigualdad” María Sánchez, escritora y ganadera

María Sánchez (Córdoba, 1989) ha presentado en la Fundación Antonino y Cinia, en Cerezales del Condado (León), su libro 'Tierra de Mujeres. Una mirada íntima y familiar al mundo rural' en el que esta joven veterinaria, que siguió la tradición profesional de su padre y su abuelo, reflexiona sobre el papel de las mujeres en el medio rural, el que ella conoció, en Andalucía, de su familia, pero también el del resto de España porque ha trabajado con un centenar de ganaderos por toda la geografía nacional.

 

¿Quiénes son las protagonistas de este libro?

Son las mujeres rurales, en plural, porque hay muchos tipos. El libro una búsqueda del relato perdido, de las madres, abuelas, bisabuelas... Es una manera de reivindicar y reconocer ese trabajo invisibilizado que no sale en ninguna estadística que ha tenido siempre las mujeres en el medio rural

 

¿Qué te llevó a escribir este libro?

Cuando llega el feminismo a mi vida, me doy cuenta de que todos mis referentes de escritores, veterinarios, científicos son hombres y comienzo a buscar mujeres, ahí doy el salto a mi madre, mi abuela, mi bisabuela y me pregunto qué ha sido de ellas. Muchas de las mujeres de mi generación no nos hemos parado a pensar de dónde vienen nuestras madres y abuelas, a mi madre la sacaron del colegio a los 14 años para ir coger aceitunas y es un mujer de los 60, no hace tanto tiempo. El libro es una especie de duelo a las mujeres que no tuvieron derecho a decidir qué querían hacer con su vida. La historia de mi madre es la de tantas mujeres. Las hemos llamado mujeres todoterreno, fuertes, heroínas, y no, eran víctimas de una situación de desigualdad y de machismo, se encargaban de la casa, los niños, de las tareas domesticas y encima iban al campo, pero nunca eran titulares, no manejaban el dinero. No aparecen en las estadísticas. Ésa era otra de las razones para escribir Tierras de mujeres.

 

¿Qué ha cambiado desde ese pasado de abuelas y bisabuelas a las mujeres rurales actuales?

Se está produciendo el cambio, pero es una mentalidad que va más allá del rural, abarca toda la sociedad, vivimos en una sociedad machista y se va cambiando poco a poco. Hoy hay ganaderas, pastoras que son titulares, ellas siempre han estado, pero estaba a nombre de ellos, y este trabajo ¿a dónde va?. Están cambiando las cosas y, poco a poco, va a mejor. Ahora se revindica, por ejemplo, el papel de la mujer en la trashumancia, se está descubriendo ahora, pero siempre ha estado centrado en el hombre y ha dejado en la oscuridad a muchas mujeres y ya es hora de que las saquemos a la luz.

 

¿Tú has sentido el machismo como veterinaria joven?

Es curioso, yo he trabajado con unos 100 ganaderos de toda España y, quitando un par de situaciones casi infantiles, no fueron violentas, en mi trabajo no lo he sentido. Me encuentro más machismo en los círculos literarios de la grandes ciudades con comentarios como que no visto tan mal para ser veterinaria de campo, por ejemplo. Eso se produce en el mundo urbano y en ambientes donde están los intelectuales. Es curioso los prejuicios que hay sobre el medio rural.

 

¿Hay diferencias entre las mujeres rurales de diferentes comunidades autónomas?

Sí, incluso, por ejemplo, dentro de la misma Andalucía hay muchas diferencias. El medio rural es diverso, no hay un solo medio rural y eso es igual con las mujeres, pero lo que les une a todas es la invisibilidad, la falta de reconocimiento a su trabajo. Me gusta mucho una frase de la presidenta de Fademur, Teresa López, no hay un solo tipo de mujer rural, son muchas y muy diversas. Hay que estar mentalizados.

 

Cuándo decidiste estudiar veterinaria, ¿sabías que querías trabajar en el campo?

Si, siempre lo tuve claro, son hija de familia de campo y ése era el mundo que conocía. Mi abuelo era veterinario de campo y mi padre también y tenía claro que yo quería hacer eso, no me veía en una clínica.