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La subida de fertilizantes, energía, combustible y piensos agudiza la crisis de rentabilidad del sector agrario valenciano

La brutal subida de los fertilizantes, electricidad, gasoil o piensos no se está trasladando a los precios percibidos por los agricultores y ganaderos y así se agrava la crisis que sufre el sector, según ha denunciado LA UNIÓ.

Los últimos datos publicados de índices de precios pagados por bienes y servicios agrarios, que corresponden a junio, marcaban una tendencia al alza, no sólo para los abonos, sino también para semillas y plantones, alimentación para el ganado, productos fitosanitarios, energía, servicios veterinarios, gastos generales y otros gastos de conservación. Además, en los meses siguientes a esa fecha, el encarecimiento de alguno de esos capítulos ha sido desorbitado y además lo hace día a día y no hay señales de que la espiral creciente vaya a desaparecer a corto plazo.

Productos muy utilizados, como la urea 46% están por encima de los 0,70 €/kg, duplicando el precio que tenían en 2020 por estas mismas fechas. Aunque otras muchas materias se utilizan en abonado, la urea es representativa de lo que está sucediendo. A la mayor demanda de estos productos (nitrogenados, fosfatados, potasas) a nivel mundial durante las últimas décadas, se le han unido factores de oferta ligados a los altos costes de la energía que, a modo de tormenta perfecta, está incidiendo en la reducción o paralización de su actividad por parte de fabricantes europeos lo que está tensionando el mercado de manera grave. En el caso de los abonos nitrogenados, el 60% y el 80% de los costes de producción de los mismos se deben a las oscilaciones del gas natural.

Para los ganaderos, la principal preocupación es ahora la subida del coste de la alimentación animal, que se ha disparado en los últimos meses. Los piensos están hoy un 23% más caros que el pasado año.

También el gasóleo agrícola ha subido un 40% y el precio de la electricidad es 8 veces superior al registrado en octubre de 2020. “Estos costes, que no se acaban repercutiendo en los precios de nuestros productos, nos colocan al borde del abismo” declaran fuentes de LA UNIÓ. La organización considera que, además, se pone de manifiesto el fracaso de las medidas adoptadas en marzo pasado en el marco de la Cadena Alimentaria y la necesidad de hacer una reforma en profundidad “y no un mero maquillaje”.

LA UNIÓ, a través su organización estatal Unión de Uniones, ya se ha dirigido por escrito al Ministro de Agricultura, Luis Planas, para reclamar que traslade a la Comisión Europea la petición formal de que se suspendan los aranceles que gravan las entradas de mezclas de urea y nitratos amónicos desde el año 2019, cuando se adoptó esta medida contra las importaciones procedentes de Rusia, Estados Unidos y Trinidad y Tobago. “Eliminar esta imposición podría contribuir a aliviar la actual situación” opina la organización, que denuncia, además, la doble vara de medir de las autoridades europeas “tan reticentes siempre a limitar las importaciones de los productos agrícolas y ganaderos que se benefician de dumping social o ambiental, aunque los nuestros estén con los precios hundidos”.