Pasar al contenido principal

La EFSA evalúa el primer alimento para humanos derivado de insectos

 

Desde que entró en vigor el Reglamento sobre nuevos alimentos el 1 de enero de 2018, la EFSA, la Autoridad Europea sobre Seguridad Alimentaria, ha recibido un gran volumen de solicitudes que abarcan una amplia variedad de fuentes alimentarias nuevas y tradicionales. Estos incluyen productos a base de hierbas y derivados de plantas, alimentos a base de algas y frutas no autóctonas, además de un alimento procedente de derivados de insectos comestibles.

La Doctora Helle Knutsen, bióloga molecular y toxicóloga, miembro del panel de expertos en nutrición de la EFSA y presidenta del grupo de trabajo sobre nuevos alimentos de esta institución, aseguró que “Las aplicaciones de los nuevos alimentos son tan variadas que necesitamos muchos tipos de experiencia científica para evaluarlas: nutrición, toxicología, química y microbiología, por nombrar algunas. La composición del grupo de trabajo refleja esto y juntos nuestros científicos forman un grupo multidisciplinario experimentado ".

 

Insectos comestibles

Ermolaos Ververis, químico y científico de alimentos de la EFSA, coordinó el primer dictamen adoptado sobre los insectos como nuevo alimento. “Los insectos son organismos complejos, lo que hace que caracterizar la composición de los productos alimenticios derivados de insectos sea un desafío. Comprender su microbiología es primordial, considerando también que se consume todo el insecto ”, aseguraba este técnico.

“Las formulaciones de insectos pueden tener un alto contenido de proteínas, aunque los niveles reales de pueden sobreestimarse cuando está presente la quitina, un componente importante del exoesqueleto de los insectos. Fundamentalmente, muchas alergias alimentarias están relacionadas con las proteínas, por lo que evaluamos si el consumo de insectos podría desencadenar alguna reacción alérgica. Es un trabajo desafiante porque la calidad y la disponibilidad de los datos varían y hay mucha diversidad entre las especies de insectos”.

 

Más allá de evaluar los riesgos científicos

La novedad del uso de insectos en los alimentos ha despertado un gran interés por parte del público y los medios de comunicación, por lo que las evaluaciones científicas de la EFSA son fundamentales para los responsables políticos que decidirán si autorizar o no estos productos antes de que puedan comercializarse en la UE.

Giovanni Sogari, investigador social y de consumo de la Universidad de Parma, afirmó: “Hay razones cognitivas derivadas de nuestras experiencias sociales y culturales, el llamado 'factor asco', que hacen que la idea de comer insectos sea repelente para muchos europeos. Con el tiempo y la exposición, tales actitudes pueden cambiar ".

Mario Mazzocchi, estadístico económico y profesor de la Universidad de Bolonia, dijo: “Existen claros beneficios ambientales y económicos si se sustituyen las fuentes tradicionales de proteínas animales por aquellas que requieren menos alimento, producen menos desechos y resultan en menos emisiones de gases de efecto invernadero. Los costos y precios más bajos podrían mejorar la seguridad alimentaria y la nueva demanda también abrirá oportunidades económicas, pero estas también podrían afectar a los sectores existentes ".