Con las tareas del campo
* Patricio Simó.
Hoy viernes día 14 de enero hemos comenzado a podar los almendros en la solana. Luego lo haremos en la umbría. Conviene dejar las zonas más frías para más adelante cuando el riesgo de heladas es mayor. Mientras la cuadrilla va podando, Rafa va recogiendo las ramas con su tractor y haciendo montones para después quemarlos y evitar que en los días de viento las ramas se esparzan a los campos colindantes. En terminar la poda, comenzaremos a replantar las faltas, cerca de 300. A continuación empezaremos con el tratamiento de invierno. Al ser ecológico solo puedo tirar cobre y aceite de parafina. Este primer tratamiento es muy importante para evitar plagas posteriores.
Afortunadamente han bajado bastante las temperaturas. El calor de días atrás de haber continuado hubiera anticipado la floración, con el peligro que ello supone ante las heladas de febrero y marzo y consecuentemente la perdida de cosecha que ello supone. La escasez de lluvias sigue siendo preocupante para el campo. No hay previsión de lluvias para las próximas semanas. Estamos en secano puro y el agua es fundamental para las plantas. En terminar con la poda de los almendros comenzaremos con la viña.
De momento estoy prepodando, una tarea que facilita mucho la poda posterior al recortar los sarmientos, muchos de los cuales se enredan en los alambres de la espaldera, dificultando el trabajo manual. Tras la poda conviene hacer un tratamiento con cobre para la madera. En mi caso, todavía más porque llevo varias campañas, tres con esta, que no me quito el oídio de encima.
El cabernet sauvignon es muy sensible al oídio, no solo en los terrenos hondos donde hay más humedad. También en la umbría. A mí este año me ha afectado a toda la plantación de cabernet sauvignon hasta el punto de no vendimiar algunas parcelas. La merma en kilos respecto al año pasado ha sido de un 50% y el rendimiento por hectárea ha pasado de 4.000 kilos a poco más de 1.000. La syrah que planté en 2008 la voy a arrancar. Se están secando las cepas. Seguramente por yesca. Hoy precisamente están quitando el material de espaldera y enseguida empezaré a arrancar las cepas y a preparar el campo para la nueva plantación que quiero hacer. Yo creo que el gran error que hemos cometido muchos, yo entre ellos, ha sido plantar variedades foráneas como cabernet, petit verdot o syrah, que funcionan muy bien en sus países de origen, pero no aquí y no haber apostado desde un principio por las variedades autóctonas.
Hoy la percepción de muchas bodegas está cambiando y se vuelve otra vez a las variedades autóctonas como la garnacha tintorera, la monastrell, la forcallá o la arcos. Cada vez hay una mayor demanda de estos vinos. De hecho en una de las parcelas que voy a arrancar, voy a plantar garnacha tintorera que en esta primera vendimia ya me ha dado una buena productividad de más de 5.000 kilos por hectárea. Las variedades autóctonas al ser del terreno se adaptan mucho mejor a las condiciones meteorológicas y las plagas les afectan mucho menos. Además de que son mucho más productivas que las variedades francesas que dan racimos pequeños y pocos kilos. En la parcela grande, de momento no voy a plantar y voy a dejar descansar el terreno haciendo alguna siembra.
