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“El paisajismo es la llave para transitar hacia territorios más seguros, saludables y naturales”

Nacho Díez, doctor ingeniero agrónomo especializado en paisajismo, ha creado uno de los estudios más relevantes de València en este sector, CERCLE. A través de su trabajo se ilustra la importancia del paisaje en el desarrollo de una sociedad, y la estrecha vinculación que existe entre el territorio y las gentes que lo habitan. Por fortuna, asegura que la sociedad es cada vez más consciente de la necesidad de cuidar nuestro entorno y vivir en ambientes de calidad. Agronews Comunitat Valenciana reproduce por su interés la entrevista realizada y publicada por el COIAL.

¿Cómo cree que percibe la sociedad a los ingenieros agrónomos?

Mi experiencia es que en el imaginario colectivo de la población el ingeniero agrónomo sigue vinculado al mundo de la agricultura. El significado de nuestra profesión debe ampliarse y abarcar ámbitos como el medio ambiente, en el que yo he podido especializarme.

Usted viene de familia de ingenieros agrónomos: incluso su padre fue decano del COIAL. ¿Cómo le ha influido esto?

Mi padre ha sido un referente para mí y lo sigue siendo a día de hoy. Yo crecí escuchando las posibilidades de desarrollo profesional que daba una carrera como ingeniería agronómica. De manera casi inconsciente ya estaba encaminado a estudiarla y con el tiempo fui complementando mi formación.

¿Cuáles cree que son las claves del éxito en nuestra profesión?

La adaptabilidad y polivalencia de la formación son herramientas que le permiten a uno avanzar en los campos donde se siente más cómodo. En mi caso, después de salir de la universidad me formé en arquitectura del paisaje y ciencias ambientales. Esta doble vía me ha permitido desarrollar mi carrera profesional en el ámbito del paisaje.

En estos momentos conceptos como la infraestructura verde, que están teniendo un desarrollo importante desde diferentes ámbitos, están permitiendo que muchos compañeros puedan desempeñar su labor en la implantación, gestión y planificación de los espacios verdes bajo la óptica de los servicios ecosistémicos que estos prestan a la sociedad.

Hoy en día forma parte de un estudio llamado Cercle, especializado en planificación territorial y proyectos de paisaje ¿Qué aporta la visión del ingeniero agrónomo?

La mirada del ingeniero agrónomo, en mi opinión, combina una mirada analítica con una visión propositiva. En Cercle siempre estamos tratando de incorporar innovación a todos los proyectos: pensamos que la creatividad no está reñida con el rigor técnico. El equilibrio entre una mirada cualitativa y otra cuantitativa aporta criterios de decisión a escala de proyecto y a escala territorial.

Como ingeniero agrónomo ha sido redactor de planes de acción territorial que han sido referentes en la Comunidad Valenciana como el Pla de l'Horta o el PATIVEL (Plan de Acción Territorial de Infraestructura Verde del Litoral). ¿Qué criterios han regido estos planes?

El territorio demanda interdisciplinaridad, requiere aproximaciones diversas y en este sentido, el ingeniero agrónomo tiene un rol imprescindible en la ordenación del territorio. Esto es algo que no podemos dejar de explicar y reivindicar. La mayor parte de nuestro territorio es suelo rústico, mal denominado suelo no urbanizable en el planeamiento, y cualquier propuesta de planificación debe atender a las especificidades de los suelos libres de edificación. Un ejemplo de la necesidad de evaluar y conocer el suelo agrario se ha puesto de manifiesto con la llegada de numerosas propuestas de plantas fotovoltaicas y los conflictos que se están generando en diversos territorios. Debemos seguir generando criterios de implantación para diferentes actividades a partir del conocimiento de la funcionalidad y los valores de cada lugar. Un trabajo que desarrollé en 2011, los Paisajes de relevancia regional de la Comunitat Valenciana, ha servido, diez años más tarde, para seguir aportando criterios de organización territorial que permitan compaginar la implantación de actividades en el medio rural con la preservación de los valores del paisaje.

Ahora eres profesor asociado en la Universitat Politècnica de València en el departamento de urbanismo y profesor en másteres de la Universitat de València. ¿Qué conocimientos crees que debe adquirir un ingeniero agrónomo para especializarse en materia de paisaje?

Cuando decidí estudiar un máster en 2003 solo existían dos másteres especializados en Madrid y Barcelona, y opté por este último. Las aproximaciones desde la arquitectura o la geografía han sido para mí dos pilares fundamentales. Comparto inquietudes, amistad y trabajos con numerosos compañeros de estas disciplinas, que me han aportado mucho. En paralelo, la representación gráfica de proyectos o los sistemas de información geográfica son herramientas de trabajo en las que trato de mejorar día a día.

¿Cómo ha evolucionado la disciplina del paisajismo en España durante las últimas décadas?

El paisaje, como aproximación al territorio, resulta un enfoque cada vez más demandado en nuestra sociedad. En los últimos años, en Cercle hemos sido requeridos para proyectos de muy diversa índole, basculando siempre entre la planificación territorial y el proyecto de paisaje. Mi impresión es que, cada vez más, la sociedad es consciente de la necesidad de cuidar nuestro entorno y vivir en ambientes de calidad. Nosotros lo percibimos en numerosos pliegos de licitaciones donde se solicita la presencia de técnicos especialistas en paisaje.

¿Por qué decidió especializarse en paisaje?

Mi inquietud por el medio ambiente, la botánica, la historia, la antropología, la representación gráfica o diferentes disciplinas artísticas, la he podido ir canalizando en una disciplina que llamamos paisajismo y que me ha permitido desarrollar trabajos a nivel territorial o proyectos.

Hasta 2015 desarrollé mi tesis doctoral en procesos de participación en paisajes agrícolas-culturales, mi intención era comprender qué vínculos establecemos con este tipo de espacios en diferentes ámbitos de la Comunitat Valenciana. Durante este periodo aprendí la importancia de quitarse la “bata” de técnico y conectar con los diferentes agentes que interactúan en el territorio.

Nuestros paisajes agrícolas históricos hablan lenguajes que muchas veces no están en los libros. Para empezar muchos lugares no han sido dibujados, cartografiados o ni siquiera narrados. Desde el enfoque del paisaje podemos leer nuestros paisajes agrarios atendiendo a sus valores funcionales y simbólicos, y esto es algo que siempre me genera curiosidad y ganas de aprender.

¿Qué puede hacer el paisajismo para frenar el cambio climático?

Según las estimaciones, nos enfrentamos a situaciones de mayor vulnerabilidad inducida por los efectos de la crisis climática. Estos van desde la mayor recurrencia de episodios de inundación hasta la mayor capacidad destructiva de los temporales marítimos. Desde la Unión Europea se nos está instando a la renaturalización de nuestras ciudades, de nuestras infraestructuras, de nuestros paisajes degradados… La aplicación de las soluciones basadas en la naturaleza nos permite preparar el territorio al cambio. En este sentido, el paisajismo es la llave para transitar hacia territorios más seguros, saludables y naturales. En Cercle acabamos de ser adjudicatarios del proyecto de intervención paisajística en el entorno de Serrería y la estación del Cabanyal en València, una intervención que supone la sutura definitiva de Poblats Marítims. Será una oportunidad de abordar el verde teniendo en cuenta los servicios ecosistémicos que este aporta a la sociedad. El proyecto será un ejemplo de cómo hacer virar el espacio público hacia entornos más naturalizados y que nos ayudan a adaptarnos al cambio climático.

¿Qué amenazas acechan a la profesión? ¿A qué retos nos enfrentamos?

Pienso que la amenaza más grande que tenemos los ingenieros agrónomos es anular escenarios de futuro posibles para nuestra profesión. El COIAL lleva a cabo una labor clave para ampliar el significado del ingeniero agrónomo en el imaginario colectivo de la sociedad. Esta amplitud de miras me consta que se lleva trabajando desde hace años también desde la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y Medio Natural de la UPV.