Pasar al contenido principal

Otro palo para el campo

* Patricio Simó.

Hace solo unos meses en plena sequía, los agricultores mirábamos al cielo desconsolados con la esperanza puesta en que la lluvia salvara nuestros cultivos y nuestras cosechas. La situación se ha invertido para el campo. Y no precisamente para bien. Ahora ha sido el exceso de agua la encargada de poner la puntilla final, sobre todo, en la fruta de verano: albaricoque, ciruelos y cerezas, lastrando casi toda la producción debido al exceso de humedad que ha pillado al fruto en plena floración.

El paso de la borrasca Celia ha dejado registros nunca vistos antes en España. Solo en Fontanars dels Alforins llevamos registrados en un mes, casi toda el agua caída en un año.

También los almendros, incluso en las variedades más tardías como: la vairo o la Lauranne, los daños en la producción son cuantiosos, con pérdidas que podrían llegar al 70%, incluso al 100%, según zonas.

A falta de la peritación por parte de los técnicos de Agroseguro, una visita a pie de campo hace presagiar los peores augurios. No hay almendra en los árboles.

La lluvia ha caído en el peor momento, sin la almendra ya cuajada. La flor se ha podrido en el árbol por el exceso de humedad y los daños son irreversibles.

Por si fuera poco, al exceso de agua, las heladas de estos días han terminado de rematar un año penoso para el campo, lastrado por el alza de las materias primas como: el gasóleo, la luz, los abonos o los fertilizantes.

La vid que parece que sea el cultivo menos afectado por el temporal de agua y frío porque la brotación va algo más retrasada, se enfrenta a una campaña muy complicada, como consecuencia de la aparición de hongos como: el oídio o el mildiu debido a la gran cantidad de humedad acumulada en la planta, lo que, sin duda, es un excelente caldo de cultivo para que se desarrollen las enfermedades.

Se prevé una nueva campaña complicada a nivel de plagas, que cada vez son más resistentes a los tratamientos. Con los precios de los fitosanitarios por las nubes, al agricultor no le va a quedar más remedio que realizar más tratamientos para poder salvar su cosecha con el consiguiente coste económico añadido que ello supone, sin que los precios que el agricultor percibe por sus productos coadyuven el esfuerzo de tanta inversión. De ahí que cada vez haya más agricultores que abandonen sus cultivos, cansados de perder tanto dinero.

El agricultor no puede, como sí se hace en otros sectores de la economía, repercutir el alza de los precios en sus productos, lo que le supone tener que asumir mayores pérdidas. Insostenible.

Añadir nuevo comentario

El contenido de este campo se mantiene privado y no se mostrará públicamente.

Plain text

  • No se permiten etiquetas HTML.
  • Saltos automáticos de líneas y de párrafos.
  • Las direcciones de correos electrónicos y páginas web se convierten en enlaces automáticamente.