La Comunitat Valenciana es líder en la creación de comunidades energéticas con propósito
Las comunidades energéticas con propósito son ya una realidad poderosa en estos momentos de cambio del modelo energético, especialmente en la Comunitat Valenciana. Las 85 iniciativas que ya están en marcha superan por mucho las 73 creadas en toda España.
El impacto de estas 85 comunidades energéticas que ya existen en la Comunitat Valenciana va más allá de la reducción de costes o los beneficios económicos: su valor más importante está en el impacto social y medio ambiental en el entorno más cercano, poniendo a la ciudadanía en el centro de la toma de decisiones del sector energético, tal como indican las directivas europeas.
A modo de ejemplo, la inversión y el retorno de estas comunidades energéticas con propósito en la economía local de los pueblos valencianos es de más de 3.000.000 euros, con un ahorro estimado para la ciudadanía y entidades locales de 922.500 euros al año.
Para Juan Sacri, presidente de AVACE, la Asociación Valenciana de Comunidades Energéticas, “las comunidades energéticas con propósito que estamos desarrollando empresas como Sapiens Energía o Transición Energética Solar son la única herramienta de la que disponemos desde la ciudadanía para tener soberanía energética, luchar contra el cambio climático y la pobreza energética. A diferencia de otras iniciativas en las que participan grandes empresas del oligopolio eléctrico, las comunidades energéticas con propósito son las únicas que abogan por la soberanía energética, ya que son las personas, las pymes y las entidades locales quienes toman las decisiones y tienen un rol activo en el mercado energético. Además, todos los beneficios de las actividades de la comunidad energética retornan a sus socios, no se van a terceras empresas cuyo único interés es el económico”.
¿Qué es una comunidad energética con propósito?
Son comunidades energéticas de base social, compuestas por vecinos y vecinas, pymes, comercios y entidades locales. Habitualmente de carácter asociativo o cooperativo, de participación abierta y donde hay un control efectivo por las personas socias en los procesos de toma de decisiones, sin hipotecas con terceros.
La asamblea general, representada por todas las personas socias, determina las cuotas de entrada, de gestión e inversión, a diferencia de otro tipo de agrupaciones en los que las grandes empresas limitan la gobernanza para mantener su poder, quedándose como meras comercializadoras al igual que en la actualidad donde los consumidores somos meros pagadores de facturas y no tenemos la posibilidad de tomar decisiones sobre cómo producir, usar y gestionar la energía que necesitamos en nuestro día a día.
Por otro lado, las comunidades energéticas con propósito son el eje de la transición energética justa: tienen como objetivo generar beneficio social y ambiental, además de un retorno económico que se reinvierte en un 100% en la comunidad energética, por lo que el impacto en la localidad es directo y recurrente.
Para Juan Sacri, las comunidades energéticas con propósito “son la única forma de garantizar la democratización de la rentabilidad derivada del autoconsumo compartido, que se reparte entre los pequeños ahorradores y facilita futuras instalaciones o actividades a través de la compra colectiva o la microfinanciación.”
AVACE considera un retroceso que se incorporen grandes empresas energéticas a la gobernanza de las comunidades energéticas, ya que de esta manera se mantiene la dependencia de los grandes actores del mercado energético, que seguirán beneficiándose en solitario de los beneficios económicos en el sector energético.