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Buenas prácticas agrícolas: Almacenamiento de productos fitosanitarios

El almacenamiento de aquellos productos fitosanitarios que el agricultor tiene previsto utilizar para el tratamiento y cuidado de tus cultivos es una práctica totalmente normal y recomendable, ya que te permite poder disponer de ellos en el momento en el que considere necesaria su aplicación en tu cosecha, aseguran desde  AEPLA es la asociación empresarial que representa al sector fabricante de productos fitosanitarios en España

Una vez que cuentas con la información necesaria sobre el tratamiento que mejor se ajusta a las necesidades de tu explotación agrícola, y tienes la posibilidad de adquirirlo en un punto de venta y distribución autorizado, lo más cómodo será adquirirlo y proceder a su almacenamiento en un lugar que cuente con el acondicionamiento necesario en cuanto a su señalización, acceso controlado y ventilación.

Pero, además, desde AEPLA te recomiendan que, para incrementar al máximo tu seguridad y su mantenimiento en las mejores condiciones posibles, tengas en cuenta las siguientes buenas prácticas en relación al almacenamiento de este tipo de productos:

  • En primer lugar, trata de almacenar la cantidad mínima necesaria de aquellos productos fitosanitarios que utilizarás próximamente, ya que siempre será preferible proceder a su reabastecimiento que contar con un stock excesivamente elevado, tanto por motivos de seguridad como para evitar su posible deterioro o caducidad.
  • Como norma de utilización, respeta el principio ‘Primero en llegar, primero en salir’, para asegurarte de que se realiza una correcta rotación de los productos que tienes almacenados y, de esta forma, mantener en stock aquellos que conservarán sus propiedades intactas durante más tiempo.
  • En este sentido, será preciso que lleves un registro actualizado de los productos fitosanitarios almacenados, para facilitar su proceso óptimo de entrada y salida, minimizando las posibilidades de error.
  • En cuanto a la colocación de tus productos fitosanitarios, ubica los productos de carácter sólido en un lugar elevado, situando los que se comercializan en forma líquida en la zona baja de tus estantes, reduciendo así el riesgo de caída o derramamiento.
  • Respeta la separación física de aquellos productos que pueden presentar incompatibilidades debido a su composición, conforme a las recomendaciones ofrecidas por sus fabricantes.
  • Asimismo, habilita otro espacio diferenciado para el almacenamiento de tus Equipos de Protección Individual (EPI), así como para tus equipos de aplicación, con el fin de garantizar unos adecuados niveles de seguridad.
  • Para finalizar, recuerda realizar una inspección periódica de los productos fitosanitarios que se encuentran en tu almacén, con el fin de detectar posibles anomalías y proceder, si fuese necesario, a su retirada y renovación.