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ASAJA Alicante rechaza rotundamente la discriminación salarial, económica o social hacia la mujer rural

ASAJA Alicante considera que los principales retos de la agricultura en los próximos años son defender la rentabilidad de los productores, incentivar el relevo generacional e impulsar la incorporación definitiva de la mujer en el campo, en igualdad de condiciones que el hombre. De hecho, manifiesta que es imprescindible que mejoren los ingresos y la rentabilidad de los productores para impulsar y animar a los jóvenes y a las mujeres a liderar las explotaciones agrarias. En este sentido, la asociación que defiende los derechos de los agricultores y ganaderos de la provincia revindica el rol de la mujer en el sector primario y defiende la igualdad de género, rechazando cualquier tipo de violencia machista o discriminación en el ámbito salarial, económico o social. 

En el marco de estos objetivos, ASAJA Mujeres Alicante ha celebrado este fin de semana, con la colaboración de la Diputación de Alicante y en el municipio de Llíber, la jornada de formación Igualdad y Empoderamiento de la Mujer Rural a cargo de la psicoterapeuta familiar Maite Muñío. En el encuentro, al que asistieron alrededor de un centenar de asistentes, en su gran mayoría mujeres, estuvieron presentes la presidenta provincial de la sectorial de mujeres en Alicante, Tere Antón; el presidente de ASAJA Elche, Pedro Valero, la concejala de Igualdad, Susana Mcallister y José Miguel Reus, en representación del Ayuntamiento de Llíber. “No cabe duda de que hemos avanzado en los dos conceptos que centran la jornada, la igualdad y el empoderamiento. Aun así, sigue habiendo desigualdad entre hombres y mujeres tanto a nivel salarial como en puestos de poder y en el cuidado de la casa, hijos y personas dependientes”. La experta considera que esta situación repercute en la imagen que la mujer tiene en sí misma y, por consiguiente, en su autoestima. 

Por su parte, la presidenta de ASAJA Mujeres, Tere Antón, ha celebrado que cada vez haya más mujeres dirigiendo explotaciones agrarias que tomen decisiones en el campo, hecho que va íntimamente relacionado con la profesionalización y la formación. “Nos encontramos con ingenieras agrónomas, veterinarias, economistas, empresarias y profesionales de otros ámbitos que apuestan por dar un paso al frente, convertirse en gestoras y dejar atrás los tabúes que nos han lastrado durante décadas”. El Instituto Nacional de Estadística señala que, en la última década, las jefas de explotaciones agrarias han crecido un 22% y ya conforman el 28% del total. También han crecido las titularidades en las explotaciones y, en servicios de asesoramiento o de calidad, llega incluso a haber más mujeres. 

Sin embargo, ASAJA sostiene que todavía queda un largo camino en este ámbito: en primer lugar, se debe romper definitivamente con la creencia de que la agricultura o la ganadería es “cosa de hombres”. Históricamente, el género masculino ha estado al frente de los trabajos en el campo, mientras la mujer se mantenía en un segundo plano, muy importante, pero a la sombra de este, ayudando en la siembra, recogida de cosechas, empaquetado de producto, y ha sido, probablemente, la primera en probar y valorar las frutas y verduras producidas antes de su comercialización. Pero ha llegado el momento de dar un salto definitivo y abandonar ese rol, de dejar de ser una mera acompañante para convertirse en líder de su explotación agraria. En segundo lugar, ASAJA Mujeres considera que “si mejoran los ingresos y la rentabilidad en el campo, tendríamos más mujeres empresarias”. 

Como dato relevante, Antón ha afirmado que la agricultura ecológica de la Comunidad Valenciana está creando soluciones al relevo generacional y a la incorporación de la mujer al sector. “Recientemente hemos conocido en el Informe Anual del Comité de Agricultura Ecológica de la Comunidad Valenciana que el 30% de las productoras ecológicas certificadas por el CAECV son mujeres, hecho que supone que en dos años se ha producido un incremento de la incorporación de la mujer al sector ecológico del 26%”. 

La asociación agraria concede anualmente el Premio Mujer Rural para incentivar la figura y la importancia del género femenino en el sector, con el objetivo de favorecer el gran reto de que la mujer sea indiscutiblemente reconocida como motor de la economía y para que la sociedad sea consciente de casos de liderazgo que puedan servir de ejemplo a otras mujeres que desean dar el salto a la agricultura o la ganadería.  

La sectorial Mujeres de la entidad agraria tiene como objetivo alzar la voz y trasladar tanto a los organismos e instituciones, como a la sociedad en general, los requerimientos que tienen las mujeres rurales, acercándoles la información y formación que precisen e impulsarles a asumir más responsabilidades fuera del hogar, a que se hagan más presentes en los puestos de dirección y gestión de asociaciones, cooperativas y empresas”. Además, tiene como cometido denunciar los problemas que afectan a las mujeres, siendo uno de ellos la violencia de género. Dicha sectorial posee una estructura provincial y presencia en todas estas demarcaciones nacionales, además de una representación en Bruselas.