Pasar al contenido principal

La producción de cereales de la UE en 2023/24 podría alcanzar los 288,4 millones de toneladas, ganando un 8,6% sobre la previa

Las repercusiones negativas de la invasión rusa de Ucrania, y los consiguientes costes elevados de los insumos e inflación alimentaria, siguen pesando en los mercados agrarios y en las decisiones de compra de los consumidores. Además, amplias zonas de la UE sufrieron sequías invernales tras el caluroso y seco verano del año pasado, lo que empeoró aún más la disponibilidad de agua en regiones con embalses ya de por sí en mínimos históricos. Esto podría llevar a los agricultores afectados a abandonar los cultivos que requieren más agua. Las actuales previsiones macroeconómicas de la UE son relativamente más positivas que en otoño de 2022, a pesar de las incertidumbres sobre el suministro energético para el próximo invierno y las recientes tensiones de los mercados financieros. Los elevados precios de los productos básicos ayudaron el año pasado a contrarrestar los altos costes de los insumos y la renta agraria aumentó por término medio, con importantes disparidades sectoriales y regionales.

El último informe de perspectivas a corto plazo, publicado por la Comisión Europea, muestra que el descenso de la inflación energética podría suponer cierto alivio en lo que respecta a los precios de los insumos. Los fertilizantes, especialmente los basados en el nitrógeno, podrían estar más disponibles y ser más asequibles en comparación con 2022. Dicho esto, los precios de los fertilizantes y la energía siguen siendo dos veces más altos que a principios de 2020. Los agricultores han empezado a adaptarse a esta nueva situación, respondiendo también a las medidas medioambientales y climáticas. De hecho, optan cada vez más por cultivos con menores necesidades de fertilizantes, y se espera que el uso de fertilizantes minerales se sitúe también en la próxima campaña por debajo de la media a largo plazo.

La inflación alimentaria sigue siendo significativa, con unos precios medios de los alimentos en la UE un 19,5% más altos en febrero de 2023 que en febrero de 2022. Se espera que los consumidores compren más alimentos básicos y baratos y que cambien sus preferencias entre distintos tipos de alimentos, por ejemplo consumiendo más aves de corral y menos carne de vacuno. A pesar de los descensos observados en algunos costes de los insumos, se espera que los precios de los alimentos se mantengan a un nivel elevado durante un tiempo antes de volver a bajar.

La sequía y los fenómenos climáticos afectarán al suministro de determinados productos agrícolas. La producción de aceite de oliva de la UE en 2022/2023 disminuyó casi un 40% interanual, lo que provocó una subida de los precios. En algunos casos, además de reducirse la oferta, también podría verse afectada la calidad. Este es el caso, por ejemplo, de la cosecha de naranjas de la UE en 2022/2023.

Además de las restricciones de producción relacionadas con el clima y los costes, las enfermedades animales añaden incertidumbre a las perspectivas de la producción ganadera de la UE.  El sector avícola sufrió brotes de gripe aviar, mientras que el sector de la carne de porcino se vio afectado por la peste porcina africana. Todo ello provoca una reducción de las exportaciones de la UE de estos productos.

Este es el contexto de la edición de primavera de 2023 del informe de la Comisión Europea sobre las perspectivas a corto plazo de los mercados agrícolas de la UE. Publicado por la Comisión Europea el 30 de marzo de 2023, el informe presenta un panorama detallado de las últimas tendencias y perspectivas de una serie de sectores agroalimentarios.

Cultivos herbáceos

El tiempo caluroso y seco afectó a la producción de cereales de la UE en 2022/2023, en particular al maíz, cuyos rendimientos cayeron un 25%. El aumento de las importaciones procedentes de Ucrania ayuda a las regiones de la UE afectadas por la sequía a satisfacer su consumo interno, en su mayor parte absorbido por la demanda de piensos. La UE sigue aumentando sus exportaciones de trigo (+9,4%, 32 millones de toneladas) para responder a la demanda mundial.

La producción total de cereales de la UE en 2023/24 podría alcanzar los 288,4 millones de toneladas (+8,6% interanual), suponiendo unas condiciones meteorológicas normales. Se prevé que la disminución de la producción de carne en la UE reduzca el uso de cereales para piensos, mientras que el uso alimentario aumentará ligeramente.

La producción de oleaginosas de la UE en 2023/24 podría aumentar un 7% interanual para alcanzar un nuevo récord de 33,6 millones de toneladas.

Se prevé que la superficie de remolacha azucarera de la UE en 2023 descienda un 3% por debajo de la media de los últimos 5 años, hasta 1,455 millones de hectáreas, pero se espera que los rendimientos se mantengan en línea con la media a largo plazo, lo que se traducirá en una producción de remolacha azucarera de unos 111 millones de toneladas.

Cultivos especializados

La menor producción de aceite de oliva, sumada a los elevados costes de los insumos, podría provocar un aumento de los precios al consumo y a la exportación. En consecuencia, se prevé un descenso tanto del consumo como de las exportaciones de la UE (tras el nivel récord de exportaciones registrado el año pasado). Al contrario que la producción de aceite de oliva, la de vino de la UE está aumentando y las exportaciones de la UE se mantendrían estables, un 3% por encima de la media de los últimos 5 años.

Se prevé que casi la mitad de la producción de manzanas se destine a la transformación. Esto se debe a una mayor disponibilidad de manzanas de menor calidad no aptas para el consumo en fresco, a sus bajos precios, a las menores oportunidades de exportación y a los elevados costes energéticos del almacenamiento. El consumo de manzanas frescas podría descender (pero menos que en otros tipos de fruta), mientras que el consumo de manzanas transformadas aumentará gracias a la mayor disponibilidad de productos y a la decisión de los consumidores de comprar productos transformados en lugar de frescos, de precio más elevado.

Leche y productos lácteos

La producción lechera de la UE se mantuvo bastante estable en 2022, aunque con un menor contenido de grasa y proteínas lácteas, y por tanto una menor disponibilidad de productos transformados. El tiempo fue especialmente caluroso y seco, lo que repercutió negativamente en la calidad y disponibilidad de hierba y cultivos forrajeros, además de imponer un estrés a las vacas lecheras. En 2023, es probable que el descenso del precio de la leche cruda en la UE contribuya a acelerar los sacrificios, ya que los costes de los piensos y otros insumos podrían seguir siendo elevados.

En conjunto, la cabaña lechera de la UE podría disminuir un 1%, y la producción total de leche un 0,2%.  En el lado positivo, las exportaciones de queso de la UE podrían crecer un 2%, impulsadas por una recuperación de la demanda en China y una demanda estable en Reino Unido y Estados Unidos.

Productos cárnicos

La producción de carne de vacuno de la UE disminuyó en 2022 un 2,4%, y se espera que siga disminuyendo en 2023 un 1,6%. Se espera que el consumo per cápita de carne de vacuno en la UE siga una tendencia descendente a largo plazo y podría mantenerse ligeramente por debajo de los 10 kg en 2023 (-1,7%), también porque la carne de vacuno es más cara en comparación con otros tipos de carne.

Del mismo modo, la producción de carne de porcino de la UE disminuyó una media del 5,6%. Debido a la oferta limitada, el consumo interno de la UE disminuyó un 2,8% en 2022, situándose en una media de 31,8 kg per cápita. En 2023 seguiría disminuyendo en un 5,5%.

El consumo de aves de corral en la UE podría aumentar un 2,5%, y se espera que las importaciones de la UE aumenten un 7% en 2023 para cubrir este crecimiento de la demanda.