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La asociación de la Abeja es Vida ha realizado hoy un entierro simbólico para exigir a la Conselleria de Agricultura la derogación de la pinyolà

La asociación Abeja es Vida ha despedido el año 2020 frente a la Conselleria de Agricultura con un acto reivindicativo para exigir a la Generalitat que derogue el decreto de la “pinyolà”, vigente desde 1993. Un grupo de apicultores con máscaras de trabajo han escenificado simbólicamente el entierro de la “pinyolà”, trasladando un ataúd y portando colmenas vacías. En la calle, frente a los edificios de la Ciutat Administrativa 9 d’octubre de València, han depositado el féretro y una carta dirigida a la consellera de Agricultura, pidiendo “una solución para la apicultura, después de 27 años”.

Alejandro Boronat, presidente de La Abeja es Vida, ha explicado que “la situación de la apicultura en la Comunitat Valenciana es insostenible. La norma de la pinyolà no puede continuar vigente un año más. Por eso hemos querido protestar hoy, último día del año, enterrando la pinyolà, un decreto que a día de hoy no tiene sentido, que castiga a los apicultores, amenaza a las abejas y va contra todos los beneficios medioambientales que generan. Exigimos una solución, que permita convivir a la citricultura y la apicultura, que es posible y deseable”.

Este acto de protesta ha coincidido también con la puesta en marcha de nuestra campaña de recogida de firmas a través de la plataforma Change.org, que ya puedes firmar desde este enlace. El objetivo es reunir apoyos para instar a la Conselleria a poner fin definitivamente a la norma de la ”pinyolà”. 

Desde La Abeja es Vida consideran que la derogación de esta norma es la prioridad del sector en la Comunitat Valenciana para garantizar su supervivencia. Además, esta normativa está provocando problemas para los profesionales valencianos, ya que otras comunidades autónomas empiezan a poner impedimentos legales para que los apicultores valencianos trabajen en transhumancia en otros territorios.

Desde La Abeja es Vida se insiste en el grave perjuicio medioambiental que supone la desaparición de las abejas y el interés de muchos agricultores valencianos por la polinización natural. Alejandro Boronat explica que “hay cultivos como el aguacate que necesitan de las abejas y se encuentran con impedimentos para que trabajemos con las colmenas. Y cada vez hay más producción ecológica que necesita de las abejas. Es algo que se está potenciando en toda Europa y que aquí está penalizado”.