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El canto del gallo o el olor a estiércol: patrimonio sensorial en Francia

*Sants de la Pedra

La noticia, aunque ha pasado un poco desapercibida aquí y pueda resultar simbólica, es más importante y tiene más sustancia de lo que parece. El Parlamento francés ha aprobado hace unos días por unanimidad, a propuesta del diputado de la Unión de los Demócratas e Independientes (UDI), Pierre Morel à l'Huissier, una ley que pretende proteger el patrimonio sensorial de sus zonas rurales.

Se refieren entre otras cosas al canto del gallo, repique de las campanas, rebuzno del burro, olor a estiércol o gallineros, croar de anfibios: tantos ruidos y aromas que son y formar parte integral de la vida rural. Y es que en los últimos años estas cosas arraigadas en la ruralidad han dado lugar a numerosos conflictos en Francia -también en España por cierto-, con acciones legales presentadas por personas que normalmente se encuentran de vacaciones o tienen segundas residencias en los pueblos, y que no pueden soportar este tipo de molestias considerándolas como alteraciones anormales del vecindario cuando forman parte de la vida de esas zonas desde siempre.

Uno de estos casos trascendió en mayo cuando un hombre mató al gallo de su vecino en la región francesa de Ardech porque le molestaban sus cantos, siendo condenado a indemnizar al propietario con 300 euros y a no usar armas de fuego durante tres años.

La muerte del gallo Marcel ha sido la espoleta y el símbolo para legislar al respecto en el país vecino. El mismo diputado francés lo ha dicho bien claro: “nuestros territorios rurales no son solo paisajes, sino que pertenecen a ellos los olores y sonidos de las actividades y prácticas que forman parte de nuestro patrimonio y son indispensables para el equilibrio económico y social”.

¿Qué pretende la ley francesa? Dar los argumentos administrativos y legales necesarios a las Administraciones para actuar en los posibles contenciosos que se produzcan, convirtiéndose ya en jurisprudencia al respecto al salvaguardar ese patrimonio sensorial. Para ello se crea una comisión que puede proponer todas las medidas para garantizar la protección, conservación y valorización del patrimonio sensorial del campo.

Me gustaría hacer un llamamiento a sus señorías en España. ¿Para cuándo una ley de esta naturaleza aquí? ¿Para cuándo legislar en beneficio de los habitantes de nuestras zonas rurales? Si a alguien le molesta el canto de un gallo o el olor a estiércol que se quede en su ciudad y no vaya al campo. No hagamos cambiar a los habitantes de nuestras zonas rurales, cambien ustedes por favor.

 

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