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Europa apuesta por el agua reciclada para el riego agrícola

La UE está tomando nuevas medidas para reducir el riesgo de escasez de agua para el riego de los cultivos. El Consejo ha acordado recientemente su posición  sobre un Reglamento destinado a facilitar la utilización de aguas residuales urbanas para el riego agrícola.

Las nuevas normas ayudarán a Europa a adaptarse a las consecuencias del cambio climático. El Reglamento, del todo acorde con el concepto de la economía circular, mejorará la disponibilidad de agua y fomentará su utilización eficiente. Garantizar que haya suficiente agua disponible para el riego agrícola, en particular durante las olas de calor y las sequías más intensas, puede ayudar a evitar la pérdida de cosechas y la escasez de alimentos.

El agua es un recurso precioso. Damos hoy un paso importante para implantar nuevas normas que nos permitirán regenerar el agua de un modo seguro para las personas y los animales y respetuoso con el medio ambiente. Es razonable establecer normas mínimas armonizadas para garantizar la calidad del agua y supervisar el cumplimiento de la normativa, de modo que nuestros agricultores puedan utilizar agua regenerada. Se trata, en parte, de aprender de la experiencia adquirida por algunos Estados miembros que llevan décadas reutilizando el agua con buenos resultados.

Ioan Deneș, ministro de Recursos Hídricos y Bosques de Rumanía

Varios Estados miembros tienen una experiencia dilatada y satisfactoria en la reutilización del agua para diferentes fines, entre ellos el riego agrícola. Esta reutilización es mejor para el medio ambiente que otros métodos de abastecimiento de agua, como los trasvases o la desalinización. Las nuevas normas propuestas resultarán especialmente útiles en regiones en las que, pese a las medidas preventivas adoptadas para reducir la demanda, esta sigue siendo superior a la oferta. Las normas existentes en la UE en materia de higiene de los productos alimenticios siguen siendo de aplicación y se respetan plenamente.

Dada la gran diversidad de las condiciones geográficas y climáticas existentes en los Estados miembros, el Consejo ha optado en su posición por dejar un margen de flexibilidad a los Estados miembros a la hora de decidir si desean utilizar o no este tipo de recursos hídricos para el riego. Un Estado miembro podrá decidir que la utilización de agua regenerada para el riego agrícola no es una solución adecuada en parte o la totalidad de su territorio.

La propuesta establece requisitos estrictos en lo que respecta a la calidad del agua regenerada y a la supervisión de esa calidad, a fin de garantizar la protección del medio ambiente y de la salud humana y animal.

Los Estados miembros quieren garantizar que los requisitos establecidos en el Reglamento sigan basándose en los datos científicos más recientes de que se disponga. Han añadido por ello una cláusula que obliga a la Comisión a evaluar la necesidad de revisar los requisitos mínimos de calidad del agua regenerada, atendiendo para ello a los resultados de una evaluación de la aplicación de este Reglamento o siempre que así lo exijan nuevos conocimientos científicos y técnicos.