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Lidl es derrotada en los tribunales alemanes por el inventor valenciano de la Vegan Milker de Chufamix

La batalla entre el gigante mundial de la distribución Lidl y el inventor valenciano -Andoni Monforte- del utensilio para elaborar leches vegetales, la “Vegan Milker” de Chufamix SL, empieza a aclararse tras la contundente sentencia del 19 de junio de la Audiencia Provincial de Mannheim en la que señala que la compañía alemana ha infringido la patente española y debe por tanto indemnizarle.

Mientras tres años después en España el juicio sigue paralizado, en Alemania tan solo nueve meses después de que la compañía germana interpusiera la demanda contra el inventor de Vegan Milker, los jueces alemanes señalaron el juicio para el pasado 15 de mayo en la Audiencia Provincial (Landgericht) de Mannheim. Los tres jueces de la Sala 7ª de lo Civil de ese tribunal alemán han emitido ahora una sentencia de 23 páginas que no deja ningún lugar a dudas.

La estrategia de desgaste judicial de Lidl durante los últimos años contra el inventor valenciano se vuelve en su contra tras este varapalo, que unido al tajante informe de la Oficina Española de Patentes y Marcas al juez de lo penal en España, pueden marcar la senda del resto de juicios.

Andoni Monforte, inventor de la Chufamix Vegan Milker, indica que “Sigo esperando que Lidl nos explique cómo es posible que las chufas y dibujos de nuestro manual de instrucciones aparezcan en el suyo, o porque su utensilio es calcado al nuestro. Escribí una amable carta al dueño y CEO de LIDL, Dieter Schwarz, aunque probablemente ni se la han hecho llegar”.

Monforte manifiesta que “En cualquier caso, lucrarte de una idea patentada ajena perjudicando a una pequeña empresa va en contra de la ley, te llames como te llames. Demandarla tres veces aprovechando su condición de pequeña empresa startup, denota además una falta de ética tremenda. Confiamos plenamente en que la justicia alemana y española sabrán aclarar lo sucedido y poner a cada cual en su sitio, dando ejemplo”.

Patente europea de Vegan Milker

Registrar una marca o un diseño es relativamente sencillo. Sin embargo, un invento, para ser digno de la concesión de una patente, requiere de “actividad inventiva” y “novedad”, y son los exigentes examinadores de la Oficina Europea de Patentes en Munich los responsables de analizar y conceder, o lo que es más común, limitar o denegar estas patentes, cuando se solicitan para toda Europa.

La idea que originó “Vegan Milker”, un utensilio de cocina para elaborar “leches vegetales” de la pequeña empresa valenciana Chufamix S.L., convertido para ese entonces en objeto de culto en las redes veganas en más de 40 países, logró ser reconocida como digna de la concesión de una patente europea por la Oficina Europea de Patentes en junio de 2017, además de por las Oficinas de Patentes de China, EEUU o México, entre otras. 

Solo un mes después, Lidl lanzó al mercado un utensilio con un parecido tan asombroso al “Vegan Milker” de Chufamix S.L. que su inventor recibió una cascada de quejas de sus distribuidores, convencidos de que había alcanzado un acuerdo con la firma alemana.

El inventor remitió entonces un requerimiento amistoso a la multinacional alemana para que retirara su copia, al cual Lidl hizo caso omiso, manteniendo sus campañas de venta en Europa y EEUU.

Lidl hace un plagio de manual

Andoni Monforte dice que “Nos  calcaron   hasta   los   dibujos   del   manual   de instrucciones. En vez de disimular poniendo soja o almendras como ejemplo de semillas que el invento puede transformar  en  bebidas vegetales, su departamento de  marketing  en Alemania reprodujo las mismas chufas valencianas que nosotros teníamos. Lo más sorprendente es que a día de hoy Lidl sigue negando que se trata de un plagio de manual”.

Ante la imposibilidad de competir en precio con Lidl (Vegan Milker está íntegramente fabricada en España,  mientras que Lidl fabrica sus utensilios de cocina en China), distribuidores de medio mundo cancelaron sus pedidos y tras tres años de beneficios desde su creación la “startup” Chufamix S.L. entró en 2017 en un ciclo de pérdidas del que no se ha recuperado hasta 2019 en el que ha vuelto a generar 40M euros de beneficios.

Ante la negativa de Lidl a hablar, Chufamix SL acudió a los tribunales valencianos interponiendo una querella por un delito contra la propiedad industrial e intelectual, admitida a trámite y declarándose investigadas las divisiones española, alemana y holandesa del grupo alemán Lidl, al considerarse respecto de estas últimas que el delito había sido cometido también en España dado que el producto se ofrecía y vendía también en España desde las tiendas online de LIDL Alemania y LIDL Holanda.

La Oficina Española de Patentes y Marcas y la sección de falsificaciones de la Policía Nacional emitieron, a petición del juez instructor, sendos informes dictaminando que Lidl había reproducido de forma fidedigna e irrefutable todas las características protegidas por la patente.

Dos años después, la fiscalía y el juez instructor que declararon que un juzgado valenciano era competente para instruir el caso, cambian de opinión inhibiéndose a favor de los juzgados de Cerdanyola del Vallés (Barcelona), donde Lidl tiene su sede en España, quedando el proceso estancado en un limbo que la pandemia no ha hecho más que acentuar.​

Campaña judicial de demandas

El segundo grupo de distribución mundial con una facturación anual superior a los 100.000 millones de euros, inicia en ese momento una campaña judicial de demandas contra el inventor y fundador de Chufamix S.L., Andoni Monforte, así como contra la validez de su patente europea.

Contrata a los bufetes de abogados más mediáticos -entre otros, el del caso Nóos- y presenta tres demandas contra el inventor valenciano, dos en Alemania y una en España, acentuando aún más la complicada situación   económica y comercial de la pequeña empresa Chufamix S.L.

En agosto de 2019, Lidl International demanda al inventor valenciano y solicita a un tribunal alemán que se pronuncie negativamente sobre la infracción de patente. En noviembre de 2019 lo vuelve a demandar solicitando al Tribunal Federal de Patentes de Alemania (Bundespatentgericht) la nulidad de la patente de Vegan Milker en ese país, estrategia que replica en un tribunal de lo mercantil en España.

El inventor de Vegan Milker es forzado entonces a contratar abogados alemanes para no perder su patente, a la vez que cambia radicalmente la estrategia comercial de Vegan Milker, con el único objetivo de volver a la senda de los beneficios, única forma de poder costear los cuatro juicios. Ahora, los tribunales alemanes le dan la razón y, aunque cauto, ve con más optimismo el resto de procesos judiciales pendientes.