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Empezando con las labores del campo

* Patricio Simó.

Ahora a comienzos de año empiezo con la poda de la viña, un trabajo fundamental para la planta y para preparar la próxima cosecha. Hay quien empieza a podar la viña cuando la cepa pierde la hoja en el mes de noviembre. Yo prefiero esperarme un poco más. Antes de la poda conviene prepodar los campos. Eso facilita mucho el trabajo posterior. Resulta muy incómodo podar, si previamente no se ha prepodado. Cuesta mucho quitar los sarmientos que se agarran a los alambres de la espaldera.

Según la gente mayor a la que siempre conviene escuchar, el mejor momento para la poda era el primer menguante del invierno, si bien hoy en día esas costumbres han pasado a un segundo plano por la inercia de trabajar la tierra hoy en día. 

Una vez finalizada la poda hay que recoger los sarmientos y quemarlos o triturarlos. La siguiente tarea será labrar los campos. Esta primera reja que se hace en invierno es la más importante de todas. Como dicen por aquí conviene hacer un buen “guaret”. Voy a arrancar dos campos de viña. Ya me han llegado los permisos de arranque. Quince días antes de arrancar hay que comunicarlo a Conselleria de Agricultura. Primero hay que desmontar toda la espaldera y a continuación arrancar las cepas con un topo. Y, si todo va bien, en primavera plantar.

La syrah la planté hace doce años, en 2009, muy joven la verdad, pero se van secando las cepas a marchas forzadas. En poco tiempo he pasado de tener una producción de casi 4.000 kilos por hectárea en secano a poco más de 1.000 esta pasada campaña. De las 18.400 plantas que puse en su día se deben haber muerto cerca de la mitad. Hice dos replantaciones en su momento que fueron un fracaso. Cuando la planta ya tiene años es una tontería replantar porque en el supuesto de que no se sequen, no se van a desarrollar nunca.

De los dos campos que voy a arrancar y que son cerca de 10 hectáreas, solo voy a plantar en uno de ellos, el más pequeño, dejando el otro en barbecho. Voy a plantar garnacha tintorera que es una planta muy del terreno que se adapta muy bien a las condiciones meteorológicas de la zona y que es bastante resistente a plagas como el oídio y el mildiu. Además es una variedad bastante productiva, y muy polifacética. Es la variedad que más cambia, según el suelo y el clima. La garnacha ha pasado de ser una variedad bastante denostada en el mundo enológico, solo se utilizaba para dar color a los vinos, a ser una de las más respetadas y valoradas. En el Campo de Borja, Priorat y Navarra se elaboran las mejores garnachas tintas. Cada vez hay más monovarietales elaborados con garnacha tintorera. En el campo grande probablemente plante una variedad blanca, seguramente Viognier, que permite hacer una vendimia muy temprana, con lo cual te evitas muchos problemas porque en el mes de agosto ya tienes la uva en la bodega.

Tras la viña, toca meterle mano a los almendros. Una poda no muy severa y replantar algunas faltas que fallaron la temporada pasada. La borrasca Filomena hizo mucho daño. En mi caso, cerca de un 10% de la plantación de almendros se vio afectada de asfixia radicular. Se anegaron muchos campos. Tuve que proceder al arranque de un millar de almendros. Replanté, pero muchos plantones han fallado. Los árboles tienen ahora cinco años y está será la cuarta cosecha. La plantación de almendros la tengo en ecológico y no descarto en un futuro hacerlo también con la viña. Lo único que me para es cómo combatir las plagas en ecológico y su eficacia. En convencional es más fácil tratar el oídio o la avispilla, por citar dos plagas que me afectan mucho en la viña y el almendro, respectivamente. Y por desgracia cada vez hay más plagas y más resistentes a los productos fitosanitarios.

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