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Manadas de jabalíes se comen los melones y sandías del campo valenciano

La Unió Llauradora i Ramadera denuncia que la sobrepoblación de jabalíes está provocando esta campaña numerosas pérdidas a los productores de melón y sandía de la Comunitat Valenciana, con especial virulencia durante los últimos días en la Plana Baixa y el Baix Maestrat.

En la provincia de Castellón se han detectado ya estos días numerosos destrozos de la cosecha por parte de los jabalíes, sobre todo en las comarcas de la Plana Baixa y el Baix Maestrat, así como también en el Camp de Morvedre y la Ribera en la de Valencia, pero la situación es extensible seguro a muchas otras zonas.

A una persona asociada de LA UNIÓ de Almenara le acaban de echar a perder unos 9.000 kilos de melones de la variedad piel de sapo en el término municipal de Sagunt y también en Benicarló existen ya diversas denuncias al respecto.

Normalmente los jabalíes acuden por la noche a buscar alimento y agua a los campos. Los melones y sandías, con un alto componente de agua, son realmente un sustento ideal para esta fauna salvaje que prolifera cada vez más en la Comunitat Valenciana.

Los agricultores se muestran impotentes ante esta proliferación de fauna silvestre e incluso en alguno lugares recurren a diversos métodos para espantar a los animales como técnicas de ultrasonidos. LA UNIÓ insiste en que la presión cinegética por numerosas especies es elevada y por ello reclama medios y propuestas eficaces para controlar y reducir esta saturación hasta niveles sostenibles para el medio, ya que los agricultores sufren un sobrecoste desmesurado.

La organización profesional agraria solicitará nada más se constituya el nuevo Gobierno autonómico una reunión con los responsables en la materia porque la situación es muy grave y se requieren actuaciones urgentes y eficaces.

En este sentido, LA UNIÓ reclama que se establezca un mecanismo de compensación por los daños causados por los jabalís y otras especies de fauna silvestre.

También propone que la administración realice de forma continuada el control poblacional del jabalí (agrícolas, ganaderos, accidentes de tráficos, infraestructuras, márgenes,...), tanto en los cotos, zonas comunes o zonas gestionadas por las distintas administraciones, y se establezcan las directrices ordinarias y extraordinarias para su control.

Finalmente, la organización demanda un sistema de incentivo para la caza del jabalí facilitando lugares gratuitos para su posterior gestión de las piezas de caza.