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Los ganaderos, en primera línea contra la resistencia a los antimicrobianos

Los ganaderos desempeñan un papel clave para frenar la propagación de la resistencia a los antimicrobianos entre los patógenos que causan enfermedades, y pueden realizar una contribución importante, simplemente adoptando buenas prácticas de higiene en las actividades cotidianas en sus explotaciones.

Este es el mensaje que subraya esta semana la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) coincidiendo con que la comunidad internacional celebra la Semana Mundial de Concienciación sobre los Antibióticos.

El uso responsable de los medicamentos antimicrobianos no es solamente un problema en el campo de la salud humana.

Los antimicrobianos se usan también ampliamente en los animales domésticos y en piscifactorías, e incluso se espolvorean en cultivos y huertos frutales para combatir infecciones que afectan a los animales y plantas destinados a la alimentación.

Estas medicinas -que pueden salvar vidas- se añaden a veces de forma rutinaria a los piensos, incluso cuando los animales ya están sanos, para tratar de evitar infecciones y que los animales engorden más rápido. Esto plantea una serie de problemas, por lo que la FAO pide a los granjeros que reemplacen esta práctica inadecuada con mejores medidas de higiene, para prevenir así las infecciones y extender la vida útil de los antimicrobianos, que son un recurso importante y limitado.

El uso indebido de medicamentos antimicrobianos -como los antibióticos-, tanto en la salud humana como en la animal, ha contribuido a un aumento en el número de microbios que causan enfermedades y que son resistentes a estos tratamientos, desarrollando resistencia a los antimicrobianos (AMR, por sus siglas en inglés) que los hace inútiles para curar algunas infecciones.

Esto significa que las enfermedades que pueden afectar a personas o animales (o ambas cosas) y que podrían causar graves daños económicos a los agricultores son más difíciles -a veces resulta imposible- y, con frecuencia, más costosas de tratar.

“La resistencia a los antimicrobianos es algo que nos preocupa a todos”, aseguró el Subdirector General de la FAO, Bukar Tijani.

“Hay más de 7 000 millones de consumidores en el mundo, y la inocuidad y calidad de los alimentos son fundamentales para alcanzar los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible", añadió Tijani.

 

Los agricultores: en la primera línea de defensa

“Cuando utilizamos los antimicrobianos en las granjas de forma excesiva, contribuimos a la propagación de la AMR, ya que los patógenos resistentes pasan al medio ambiente a través de los desechos animales y la escorrentía de la explotación”, advirtió Juan Lubroth, Jefe Veterinario de la FAO.

“Incluso pueden contaminar –añadió- nuestros sistemas alimentarios y nuestras cadenas de comercialización, pasando de los campos y establos a nuestras mesas”.

Lubroth denominó a los agricultores “unos de los defensores de primera línea importantes” en la batalla para contener la creciente amenaza de la AMR.

Hay tres pasos simples que los ganaderos pueden tomar para mejorar la situación, explicó, y aunque las medidas más contundentes de prevención de infecciones requieren cierto nivel de inversión, una actividad agrícola más limpia puede también generar mayores beneficios.

Estos pasos incluyen practicar una correcta higiene en las granjas, obtener asesoramiento veterinario antes de comprar y usar antimicrobianos y compartir la experiencia con los vecinos para difundir las mejores prácticas. Lubroth subrayó igualmente el papel que deben desempeñar los criadores al exigir piensos animales de calidad sin antibióticos añadidos u otros antimicrobianos.

Los mejores consejos para una buena higiene en las granjas:

• Limpie los establos, los gallineros, los estanques para peces y los equipos de la explotación agrícola periódicamente para eliminar los gérmenes que pueden hacer enfermar a los animales y las personas.

• Lávese bien las manos y las botas antes y después de estar en contacto con animales, y cámbiese la ropa y los zapatos cuando trabaje con ganado.

• Mantenga limpio y sin desperdicios el lugar donde guarde a los animales y las zonas exteriores: limpie regularmente el estiércol y el lugar donde duerme el ganado.

• Controle quién puede entrar en contacto con sus animales y asegúrese de que se limpien antes y después de hacerlo.

• Practique el enfoque de “todo dentro, todo fuera”. Esto significa criar animales de la misma edad al mismo tiempo y mantener juntas a esta misma generación durante todas las etapas productivas. Esto facilita limitar los desperdicios y la limpieza de las explotaciones agrícolas cuando éstas se trasladan o venden

• Mantenga el pienso seco y almacénelo de manera segura, lejos de posibles fuentes de gérmenes como los roedores.

• Mantenga a los animales secos y cómodos con mucho espacio. Reducir el estrés animal reduce su riesgo de infección. Lo mismo sucede si los alimenta adecuadamente y se asegura de que tengan agua limpia.

• Vacune a los animales previa consulta con su veterinario. Es importante respetar los plazos.

• Separe a los animales cuando enfermen para evitar la propagación de la enfermedad, y solicite asesoramiento veterinario inmediato para obtener el diagnóstico y el tratamiento adecuados.

 

Una amenaza creciente

Una persona muere cada minuto a causa de una infección resistente a los fármacos, y sin una acción global, esta cifra solo aumentará. En 2050, se estima que la amenaza creciente de la AMR costará a la economía mundial unos 6 000 millones de dólares EEUU al año. 

La AMR también tiene consecuencias importantes para la inocuidad de los alimentos, la seguridad alimentaria y los medios de vida de millones de hogares agrícolas en todo el planeta, que no pueden permitirse pérdidas de producción, los costes derivados del cuidado de animales enfermos o verse privados de sus animales.

“Si vamos a alimentar a una población creciente y vamos a seguir usando los antimicrobianos”, dijo Lubroth, “debemos invertir en nuestros agricultores y sistemas de producción de alimentos para pasar a prácticas agrícolas más sostenibles”.

La FAO trabaja en todo el mundo para ayudar a los gobiernos, a las autoridades agrícolas y de sanidad animal, y a los ganaderos a desarrollar su capacidad para abordar la AMR, con el apoyo firme de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), el Ministerio de Salud de la Federación de Rusia, la Agencia Noruega para la Cooperación al Desarrollo y el Fondo Fleming del Reino Unido, así como de China, Francia, los Países Bajos, Noruega y Suecia.