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Slow Music & Food se convierte en escaparate del turismo rural de Castelló con una oferta cultural y musical

La costa y el sol es un reclamo que inunda los pueblos castellonenses en época estival. Alcossebre es uno de ellos y precisamente aquí nació Slow Music & Food hace ocho años. Ana María Martín es gestora cultural y reconvierte este proyecto en una puerta hacia el turismo para conocer la Castelló rural mediante la visita de fincas agroalimentarias. Bardomus es el nuevo escenario que se suma a la iniciativa cultural y con notable éxito.

Entre el parque de la Serra d’Irta, el Mediterráneo y el Prat de Cabanes, los visitantes llegan a la finca Bardomus adquirida por la familia Barchi Casali en 1989. Está situada sobre suaves colinas orientadas al sur, mirando directamente al mar Mediterráneo y flanqueada por los Parques Naturales de la Serra d'Irta y el Prat de Cabanes, entre las localidades de Alcalà de Xivert y Torreblanca. Ana María Martín y los gestores de la finca reciben al público para guiarles con una visita por la finca. En lo alto, su caseta, como una terraza rodeada de olivos, les esperaba una cata de sus aceites monovarietales, uno de ellos ganador de mejor aceite de Castelló, y una posterior degustación de productos entre los que destacan quesos y embutidos del Maestrat y también buen vino de Castellón.

Una vez acabada la cena, Ana Maria presentó trío de Latin Jazz, encabezado por Sergio Riera (piano) que desde 2014 lleva participando en el SMF y siempre consigue poner en pie al público, esta no fue una excepción. Las guirnaldas se apagaron para poner el foco en los músicos que con su repertorio movieron el ritmo hasta las salas de jazz newyorkinas de los años cuarenta, la gente abandonó las sillas y la terraza se convirtió en una pista de baile.

Ana María Martín: “El SMF un ejemplo de como la cultura, en este caso musical y gastronómica es una herramienta eficaz  y como ejemplo de sostenibilidad. Tenemos muchos seguidores de sol y playa porque todo esto nació en Alcossebre y aprovechamos este tirón para mostrarles el trabajo que realizan desde el sistema productivo y el esfuerzo, así pueden empatizar y son capaces de valorar mejor el producto. El SMF es una herramienta de sensibilización. También pienso igual que el movimiento Slow Food, que para caminar hacia un modo más sostenible deberíamos cambiar el modo como consumimos”.

Era la primera vez que el SMF se sacaba de los restaurantes, “se puede diseñar en papel pero hasta que no lo vives todo no es lo mismo”. Ana María anota los errores, y se queda con la puntuación del público, las encuestas apuntan de 8 a 10 sobre 10. Algunos calificaron el evento como una cita muy familiar gracias a la música que amenizó, otros destacaron que se les pasó el tiempo volando, incluso los músicos quedaron muy sorprendidos por la propuesta, “porque confían en mí como gestora cultural, no sabían bien dónde actuaban y no se esperaban ese entorno en medio del olivar.”

La próxima cita del Slow Music & Food será en la misma finca de Bardomus, el día 25 de agosto a partir de las 20h, que será cuando comience la visita. En esta ocasión Juan de Pilar, artista y músico flamenco será el encargado de amenizar la noche entre los olivos. Reservas abiertas en la web slowmusicandfood.com.