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La Confederación Hidrográfica del Júcar destina tres millones de euros para la restauración del río Albaida a su paso por Manuel, Senyera y Castelló

La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) ha presentado las labores de restauración fluvial que se están realizando en el río Albaida, en los términos municipales de Manuel, Senyera y Castelló (Ribera Alta). La actuación tiene el objetivo de recuperar el bosque de ribera del cauce, cuenta con un presupuesto de tres millones de euros y se ejecuta sobre un tramo de unos tres kilómetros de longitud. Los trabajos, que comenzaron a mediados del mes de septiembre, forman parte del proyecto de restauración integral del río Albaida, una actuación contemplada en el programa de medidas del Plan Hidrológico del Júcar 2022-2027.

La presentación se ha celebrado en las inmediaciones de Manuel, junto a un badén que cruza el río y en el que ya se puede apreciar la ejecución de la primera fase de los trabajos. El presidente del Organismo, Miguel Polo, y el
Comisario de Aguas, Marc García, han sido los encargados de explicar todos los detalles de una actuación que permitirá recuperar el bosque de ribera y el “estado natural” del río Albaida a su paso por estas tres localidades de la Ribera Alta. El acto, además, ha contado con la presencia de la Delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Pilar Bernabé, y los alcaldes de Manuel, Senyera y Castelló.

Durante su intervención, Polo ha destacado la puesta en marcha de una actuación que “responde a las demandas y necesidades” de organizaciones y ayuntamientos. Al mismo tiempo, ha recordado que este tipo de trabajos sirven para “corregir” los impactos que han podido generar otro tipo de actuaciones “que buscan el beneficio común por encima de los intereses particulares”. Con estas palabras se refería a la construcción del embalse de Bellús, una infraestructura que garantiza la seguridad de esta comarca ante posibles avenidas y que, sin embargo, “ha ocasionado algunos problemas en el entorno que estamos tratando de resolver”.

El comisario de Aguas ha reafirmado el “compromiso” de la Confederación con toda la Ribera y ha recordado algunos de los proyectos puestos en marcha para “solventar las consecuencias de la construcción del embalse de
Bellús”, una batería de actuaciones que complementan las labores de restauración fluvial puestas en marcha en las localidades de Manuel, Senyera y Castelló.

Respecto a los proyectos contemplados aguas arriba del embalse, García ha destacado la instalación de nuevos colectores en Ontinyent y l'Olleria, la construcción de un tanque de tormentas en Benigànim y la ampliación de la
Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Alfarrasí. Los cuatro proyectos ya están redactados, se encuentran en fase de evaluación ambiental y cuentan con un presupuesto conjunto de 20 millones de euros.

También ha detallado algunas de las actuaciones previstas en el propio embalse, como el despesque del exceso de fauna piscícola, la instalación de la torre multitoma o la futura generación de un cinturón verde alrededor del embalse que evitará la llegada de sustancias contaminantes a través de las escorrentías.

Por su parte, Pilar Bernabé ha destacado la “evidente apuesta” del Gobierno de España “por la sostenibilidad y recuperación de la biodiversidad en la Comunidad Valenciana”. La Delegada ha subrayado la importante inversión
que está realizando el Gobierno en materia de restauración fluvial. Así, a través de la Confederación Hidrográfica del Júcar, en 2023 se ha invertido cerca de 11 millones de euros para recuperar más de 10 kilómetros de cauces. “Este tipo de actuaciones son imprescindibles y necesarias para recuperar los ríos y, al mismo tiempo, permiten ganar un espacio muy valioso para la ciudadanía”.

El proceso de eliminación de la caña

Por otro lado, el comisario de Aguas también ha explicado cómo se están llevando a cabo las labores de restauración y cuál es el objetivo ambiental que se persigue. La primera fase de los trabajos, que arrancaron a mediados de septiembre, se centran en la eliminación y desbroce de la parte aérea de las especies invasoras, en su mayoría Arundo donax o caña común. Estos trabajos se realizan con maquinaria pesada y el objetivo es despejar la zona afectada, pero no acabar con toda la vegetación. “Debemos respetar y mantener las especies autóctonas que todavía habitan en el cauce, ya que su presencia es clave para disminuir la potencia del río en episodios de grandes avenidas”, ha indicado.

Esta primera fase suele tener una duración de 10 meses y también sirve para triturar los restos que se generan con el desbroce, que se mezclarán con el terreno antes de instalar una cobertura opaca de geotextil que permanecerá
en el terreno durante al menos 18 meses. Se trata de una técnica habitual en las restauraciones que viene realizando el Organismo debido a su gran efectividad. Las lonas generan calor en el suelo, evitan que pase la luz solar y que la planta pueda efectuar la fotosíntesis, por lo que su rizoma se agota y el Arundo donax no puede volver a brotar.

Transcurridos esos 18 meses se iniciarán los trabajos de la segunda fase de la restauración integral de este tramo del río Albaida. Primero se procederá a retirar la cobertura geotextil y después se realizarán, de forma periódica,
plantaciones de especies autóctonas de ribera.