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AVA-ASAJA pronostica un descenso del 35% en la producción de caqui por el pedrisco y las heladas

La producción de caqui en la Comunitat Valenciana caerá un 35% respecto a la campaña pasada, de acuerdo a las primeras estimaciones elaboradas por la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA). El aforo previsto, a falta de poco más de un mes para el inicio de la recogida de los primeros frutos, se sitúa en torno a 240.000 toneladas, la mayoría de las cuales corresponden a la variedad Rojo Brillante que está obteniendo una excelente acogida en los mercados nacionales e internacionales.

Esta caída de cosecha no cuenta con precedentes similares desde que empezara a principios de siglo XXI la expansión del cultivo, muchas veces como alternativa a cítricos, hortalizas y frutales de hueso que venían padeciendo una prolongada crisis de rentabilidad. La superficie valenciana dedicada al caqui ha ido creciendo de manera imparable, de tal manera que en solo diez años se ha multiplicado por cinco al pasar de 3.298 hectáreas en 2007 a 15.977 hectáreas en 2017, de acuerdo a las estadísticas oficiales del Ministerio de Agricultura (Encuesta sobre Superficies y Rendimientos de Cultivos - ESYRCE).

El descenso productivo se da a pesar de la entrada al circuito comercial de nuevas plantaciones, que, teniendo en cuenta el incremento de la producción asegurada (333.208 toneladas en 13.732 hectáreas), están cifradas por AVA-ASAJA en un aumento del 8% en comparación al aforo de la temporada 2017.

La principal causa de esta bajada está en los devastadores efectos tanto de las heladas registradas en febrero y marzo como, sobre todo, por el temporal de pedrisco y viento que azotó la comarca de La Ribera el pasado 1 de julio. Además, la organización agraria constata en numerosas explotaciones una mayor caída de frutos o ‘escombrà’ durante la actual fase de cuajado.

Las operaciones de compraventa cerradas en el campo valenciano ya muestran en la actualidad una tendencia al alza de los precios en origen, moviéndose en una amplia gama entre 0,35 y 0,45 €/kg, lo que supone la vuelta a cotizaciones previas al establecimiento del veto ruso en 2014. AVA-ASAJA recomienda a los agricultores que sean prudentes y actúen con calma a la hora de vender su cosecha ya que la subida de los precios debe alcanzar a compensar las mermas de volumen de producción comercializada.