Yo siempre quise ser agricultor. Y ahora más que nunca agradezco serlo. Producir alimentos para la población frescos, sanos y de calidad es una de las cosas más reconfortantes en mi día a día y, también, es una de las cosas que más me engrandecen cuando echo la vista atrás. Sabía que estaba orgulloso de dedicarme a la profesión que verdaderamente amo, pero, por si alguna vez he tenido dudas, durante este último mes y medio lo he constatado y he comprobado lo reconfortante que es moverse con absoluta libertad, no tanto física, sino moral.